A pocas horas de iniciar el Año Nuevo, las personas ya se encuentran alistando maletas o están en camino hacia la playa para recibir el 2019 en las orillas del mar. El festejo va acompañado de bebidas para brindar.
No obstante, recibir el nuevo año y celebrar con un alto consumo de bebidas alcohólicas, genera un gran riesgo si las personas bebidas ingresan al mar a nadar y, además, provoca deshidratación.
Asimismo, Juan Villacorta Santa Maria, médico internista del Hospital Aurelio Diaz Ufano y Peral de la Red Prestacional Almenara señaló que la ingesta de alcohol bajo pleno Sol trae efectos perjudiciales para la salud, e implica mayor riesgo de deshidratación, ya que el cuerpo aumenta su calor por efecto de los rayos solares.
“Este incremento del calor corporal se manifiesta y elimina a través del sudor en forma de líquido (agua y sales), pero por el alcohol el riñón reabsorbe menos agua; sin embargo, elimina más cantidad por la orina”, comentó.
Pero, ¿qué significa esto? El consumo de alcohol dilata los vasos sanguíneos lo que provoca desactivación temporal de la hormona antidiurética, generando una evacuación más rápida de los fluidos hidratantes, incluso antes de que puedan ser absorbidos por el cuerpo para hidratarlo, perjudicando el funcionamiento normal de los órganos, los tejidos y la piel.
Por ello, hay que tener en cuenta que el 90% del cuerpo humano está compuesto de agua, así que es muy importante que nuestros tejidos permanezcan hidratados de forma adecuada todo el tiempo.
Si la persona pierde energía y la piel se encuentra reseca, es importante que consuma frutas con elevado aporte de agua mientras se está expuesto a la radiación ultravioleta, como el melón, la sandía y las cerezas.
Además, el experto sostuvo que, una opción recomendable es consumir los zumos naturales de frutas, té helado o bebidas refrescantes bajas en azúcar y la leche también puede ser una alternativa para la reposición de líquidos y electrolitos.
"No hay que olvidar que por su propia naturaleza el alcohol suele ser tóxico, y que esa carga tóxica ingresa al organismo generando consecuencias previsibles. Lo más grave es que a largo plazo quebranta la lozanía de la piel, desvaneciendo su color, resquebrajando su textura y produciendo un daño irreversible", anotó.
Una muestra palpable de estos daños es el tono cetrino, amarillento o verdoso que notas en tu piel después de un fin de semana de beber alcohol. Los niveles de oxígeno de la sangre se reducen y, por lo tanto, se baja la producción.