Desde del nacimiento de nuestros bebés son muy propensos a las enfermedades por lo que constantemente acudimos a un especialista para que no pueda asesorar sobre los cuidados que se debe que tener.
La pediatra, Malena Hawkins, señala que en los primeros meses de vida (menos de 3 meses) las infecciones pueden ser graves. Por esta razón, si el bebé tiene fiebre se debe acudir inmediatamente a un hospital para que le realicen los análisis respectivos (sangre y orina) y controlarlo.
En ese sentido, este artículo te mencionamos las infecciones más frecuentes que nuestros bebés podrían padecer en su primer año de vida, según la especialista, Hawkins. ¡Atenta y toma nota!
Las infecciones respiratorias
Una de las enfermedades más frecuentes en los niños es las infecciones respiratorias, la cual puede afectar a las vías altas (nariz y garganta). Los síntomas que puede presentar el menor es congestión nasal y la tos, además, la falta de apetito; sin embargo, suele mejorar con lavados nasales y humedad ambiental.
Si afecta a las vías respiratorias bajas la enfermedad es más seria. Puede tratarse de una bronquiolitis, que en ocasiones requiere ingreso hospitalario y tratamiento específico. También puede tratarse de una neumonía, que si son de etiología bacteriana requieren tratamiento antibiótico (oral o intravenoso en caso de que requieran ingreso).
Las otitis
La otitis es una inflamación del oído interno, medio o externo que generalmente viene acompañada de una infección bacteriana y, a veces, por una gripe que según la edad puede evolucionar bien sin antibiótico o requerir antibiótico. En ese sentido, durante su primer año de vida hay que tratarlas con antibiótico.
Esta enfermedad suele ser muy molestas y dolorosas, lo que ocasiona que el bebé se despierte llorando por la noche y no quiera comer porque le duele el oído al ingerir algún alimento.
Las gastroenteritis
Las gastroenteritis también son muy frecuentes, generalmente de origen vírico, que no requieren tratamiento específico; sin embargo, se requiere que los menores sean constantemente hidratados vía oral. Durante este periodo nuestro pequeño puede tener vómitos, diarrea o ambos, por lo que debe ingerir suficiente líquido para no sufrir una deshidratación.
Cabe mencionar que la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirma que la lactancia materna es fundamental para reforzar el sistema inmunológico del bebé. Además, la leche materna tiene como característica brindar un equilibrio de nutrientes y vitaminas para el desarrollo anatómico del recién nacido.