Si bien el Alzheimer tiene un componente genético y, por tanto, puede heredarse es posible retrasar su desarrollo o, incluso, desactivar dicha posibilidad si se siguen ciertas recomendaciones relacionadas a la alimentación y actividades cognitivas.
“La genética te da la predisposición. Eso significa que de tantas personas tú tienes un riesgo mayor de desarrollar el Alzheimer, pero esto no necesariamente es algo cien por ciento seguro que lo vas a desarrollar”, así lo manifestó Sonia Zevallos, médico psiquiatra de la Dirección de Adultos y Adultos Mayores del Instituto Nacional de Salud Mental.
Indicó que cuando la enfermedad ya está diagnosticada, solo queda darle tratamiento para ralentizar su progresión, además de ofrecer calidad de vida a quien la padece.
Si bien no hay recetas mágicas para desaparecer el Alzheimer de nuestro camino, hay cosas que sí podemos hacer para alejarlo lo más posible y reducir al mínimo la posibilidad de perder nuestras facultades de aprendizaje y de movernos de forma autónoma por la vida.
“Una de las primeras recomendaciones es consumir menos grasas polisaturadas, menos grasas derivadas de carne. Como peruanos tenemos una excelente cocina, pero utilizamos a menudo la grasa de chancho, de res, manteca, lo cual genera muchos radicales libres, favorece los procesos de oxidación y lamentablemente eso se acumula”.
Sugirió reducir el consumo de carnes rojas y favorecer el de pescado, alimentos de mar que tiene grandes cantidades de Omega 3. De igual manera, preferir los aceites vegetales, como el de girasol, coco, entre otros.
“Dentro de las verduras, las más recomendadas son el brócoli, la espinaca. Comer frutos secos y seguir una dieta mediterránea. Menos harinas y mantenerse siempre, siempre activos. Nunca se es tan viejo como para no poder aprender algo nuevo”, afirmó.
La experta comentó que a sus pacientes les recomienda tener una agenda donde apuntar lo que se tiene que hacer para no sobrecargar la memoria.
“Hay muchas cosas que influyen en la memoria. Si tengo numerosas cosas que hacer y voy a mil por hora: tengo que ver que mi hijo haga la tarea, tengo que pagar la universidad, ir temprano al trabajo, cuidar a mi papá, solucionar las cosas que me pide esposo, entonces es imposible que mantenga mi atención al cien por ciento en todo lo que hago”.
Eso significa que en algún momento olvidaremos hacer algunas cosas y eso es natural debido al estrés que genera hacer varias cosas al mismo tiempo.
“El problema es que buscamos atender a todo el mundo y la pregunta es ¿qué hago por mí? Es fundamental tener espacios para uno mismo. No como doctora, esposa o hermana. Solo para mí. Hay que pensar, ¿cómo me engrío?, ¿cómo medito?, ¿cómo me relajo o en qué espacios me encuentro a mí misma?”
Además de lo anterior, la doctora Zevallos destacó la necesidad de mantener activas nuestras funciones cognitivas e intelectuales siempre.
Se tenga o no un pariente con Alzheimer, destacó la urgencia de entrenar nuestro cerebro de manera permanente, pero sin agobiarlo.
“Se deben proteger nuestras funciones cognitivas, como podría ser con el crucigrama, donde se recupera memoria remota y para eso debes haber entendido la pregunta. Activar varias funciones”.
Señaló que una cosa muy fácil de hacer es jugar cartas, donde se emplea el cálculo, atención, memoria, juicio, estrategia, planificación. Aunque claro, sin apostar.
“El Alzheimer no se cura, pero sí se pe se puede prevenir y atenuar, dar mejor calidad de vida a la persona que la padece y con ello favorecer su autonomía para que no dependa tanto”.
Lamentó que muchos hijos con padres que padecen esta enfermedad les impidan hacer cosas en casa y es así como ponen a su mamá en cama o sentada viendo televisión, “enchufada y sin entrenar la memoria”.
Alertó que eso es perjudicial para quien tiene Alzheimer, así como permitir que pierda contacto con su entorno, porque eso solo agravará su situación de dependencia y fragilidad. Es necesario mantenerla activa y participando de actividades en casa.
“Si hay certeza de la enfermedad, la medicación que se administra provoca que los daños se estacionen y vayan progresando más lentamente, permitiendo que la persona sea autónoma por más tiempo, pero igual llegará la demencia, porque es inevitable”, advirtió.
Con información de Andina.