En aproximadamente el 10 por ciento de las personas se ha diagnosticado alergia a la penicilina y mostrar dicha alergia en el expediente médico es algo que se toma muy en serio, porque una reacción alérgica puede, a veces, ser sumamente nociva e incluso mortal.
No obstante, los estudios realizados con pruebas en la piel para alergia a la penicilina han descubierto que alrededor del 90 por ciento de quienes muestran esa alergia en sus expedientes médicos no son alérgicos al antibiótico.
Es decir, alrededor del 1 por ciento de la población es alérgica, pero no el 10 por ciento. El doctor Matthew Rank, Especialista en Alergias e Inmunología de Mayo Clinic en Scottsdale, nos explica cómo hacer que pase la alergia a la penicilina.
El diagnóstico original de alergia pudo ser debido a un efecto secundario no relacionado con la alergia a la penicilina, como malestar estomacal o diarrea, o una coincidencia como un sarpullido oportunista. Por otro lado, las reacciones alérgicas a la penicilina también pueden pasar con el tiempo.
Se calcula que solamente alrededor del 20 por ciento de las personas con alergia a la penicilina todavía la padecen después de 10 años, cuando no se les administró el medicamento durante ese tiempo.
Los fármacos con penicilina se recetan a menudo, pues son un tipo importante de antibiótico. Cuando una buena alternativa para las circunstancias es un fármaco derivado de la penicilina, como la amoxicilina, la amoxicilina con ácido clavulánico (Augmentin) o la piperacilina con tazobactam (Zosyn), pero la persona tiene un diagnóstico anterior de alergia, el médico podría recomendar las pruebas en la piel.
La prueba implica pinchar la piel para inyectar una pequeña cantidad de varios preparados con penicilina, y si se forma una roncha roja que pica, eso indica que probablemente hay una alergia.
Cuando la prueba en la piel para alergia a la penicilina muestra resultados positivos, se puede considerar un proceso de desensibilización, siempre y cuando exista una razón poderosa para usar penicilina en esa situación.
El proceso de desensibilización implica administrar una pequeña dosis de un fármaco con penicilina y luego, poco a poco, aumentar la dosis de forma controlada y gradual hasta que se tolere la dosis completa. La desensibilización se realiza bajo supervisión médica. Sin embargo, cuando el fármaco con penicilina no es indispensable, se puede recurrir a otra alternativa.