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17 Jun 2018 | 13:26 h

Esta es la enfermedad contagiosa que mata a más personas que el Sida

La hepatitis es una enfermedad que ataca a más personas que el Sida.

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La hepatitis está atacando a más personas.

Se estima que el 95% de las personas están infectadas con el virus de la hepatitis y no lo saben.

Mientras muchos se cuidan de no contagiarse del SIDA, lo cierto es que cada año casi 2 millones de ciudadanos mueren en todo el mundo al ser víctimas de la hepatitis B o C, más contagiados que en el VIH.

Según el doctor William Vicente Taboada, médico patólogo clínico del Laboratorio Blufstein, la hepatitis es una enfermedad infecciosa que convive con nosotros y que es provocada por un virus que inflama y altera las funciones de nuestro hígado.

Existen diversos tipos, pero si no se tratan a tiempo, el virus de la hepatitis B o C puede causar gran daño cicatrizando el hígado (Cirrosis) y llevando a otras complicaciones como el cáncer o insuficiencia hepática.

“Las hepatitis virales son un grupo de enfermedades infecciosas que incluye las hepatitis A, B,C, D y E; las cuales atacan a cientos de millones de personas a nivel mundial provocando hepatopatías agudas y crónicas que llevan a la muerte, sobre todo la B y C. Estas infecciones se pueden prevenir, pero la mayoría de ciudadanos no sabe cómo y convive con ellas sin saberlo. Según las estimaciones, solo el 5% de los pacientes con hepatitis crónica saben que están infectados, mientras que menos del 1% tienen acceso al tratamiento”, aseguró el especialista.

La Hepatitis B es una infección hepática causante de la muerte de muchas personas, ya que perjudica específicamente al hígado, provocando inflamación y alteración en sus funciones.

De no tratarse a tiempo puede provocar cirrosis y dar paso al cáncer hepático ya que el virus se encuentra en la sangre, semen, fluidos vaginales y también puede ubicarse en la saliva, lágrimas y leche materna.

Se transmite a través de las relaciones sexuales sin protección, compartiendo agujas, con artículos de uso personal como hojas de afeitar, cepillos de dientes, tijeras o cortaúñas; o usando equipos no estériles para realizarse tatuajes.