Desde la infancia hasta la adolescencia, y se puede presentar en cada etapa con características diferentes. Desde la ausencia de la deposiciones por varios días hasta la presencia de deposiciones induradas.
Entre los síntomas se pueden apreciar: dolor abdominal, distensión abdominal, vómitos, falta de apetito, flatulencia. No existe una frecuencia defecatoria normal. Lo que se espera es que sean blandas y abundantes.
El gastroenterólogo pediatra José Luis Gonzales, explica cuáles son sus causas más frecuentes.
- Pobre consumo de fibra y de agua. La fibra viene incluida en los alimentos como las verduras, las menestras y los cereales por eso deben estar presentes en la dieta diaria. - Malos hábitos higiénicos. El pequeño ignora los impulsos de defecar por seguir jugando o posterga los llamados intestinales porque está fuera de su casa.- Asociaciones incorrectas. Una actitud de rechazo a la defecación es una condición relacionada a la presencia de dolor al defecar y por ello el pequeño desarrolla una conducta retentiva. - Aspectos emocionales, que impliquen el ámbito familiar o el escolar pueden convertirse en detonadores del estreñimiento familiar.
- Dieta balanceada que incluya fibras y frutas con cáscara. Incrementar el consumo de agua y yogures. - Explicarle al niño lo adecuado de no postergar el llamado intestinal.- Configurar una hora regular y un tiempo suficiente de evacuación intestinal como un hábito saludable.
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