El 12 de setiembre de 1992, cuando la Policía Nacional capturó a Abimael Guzmán en una casa de Surquillo, el entonces presidente Alberto Fujimori estaba absolutamente desprevenido, pescando en la selva de Loreto, lugar al que solía ir a pescar utilizando aviones militares.
El entonces presidente se enteró de la captura del camarada Gonzalo cuando estaba en Iquitos, minutos después de la medianoche. A pesar de que ya estaba informado de la histórica captura del cabecilla de Sendero Luminoso, que se di gracias a Julio Becerra (Ardilla) y Cecilia Garzón (Gaviota), Fujimori no varió su agenda y se dirigió hacia la localidad fronteriza de Santa Rosa y las comunidades de la Baja Amazonía, así informaron los medios locales sobre el proceder del patriarca de los Fujimori cuando Abimael Guzmán fue capturado.
De acuerdo con el exministro del Interior, Fernando Rospigliosi, Alberto Fujimori había basado toda su estrategia antisubversiva en los militares y, en especial, en el Ejército. El fujimorismo miraba con recelo a los policías del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), que capturó al entonces llamado camarada Gonzalo. De hecho, el GEIN fue infiltrado en 1991 por el sanguinario Grupo Colina del Ejército, contó Rospigliosi.
El entonces general PNP (r) Antonio Vidal Herrera, jefe de la Dirección contra el Terrorismo (DINCOTE), reveló que Alberto Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos no estaban al tanto del operativo que permitió capturar a Abimael Guzmán.
"Fujimori me llamó a Palacio de Gobierno al día siguiente de la captura, el domingo 13 de septiembre, en la noche", detalló Vidal en una entrevista.
"Le expliqué el proceso de búsqueda, ubicación y captura de Abimael Guzmán, que se hizo de una manera muy reservada y secreta. Ni el presidente Fujimori, ni los ministros y tampoco el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) lo sabían. Fue así por razones de seguridad. Eso fue lo que le dije a Fujimori. No informamos nada porque se trataba de un operativo de vida o muerte. No podíamos fallar. Una filtración podía echar a perder todo. Fujimori solo movía la cabeza, pero se le notaba molesto", contó el general Vidal