Para tener buenos ciudadanos, es necesario que los buenos modales sean inculcados en la niñez de una persona. Por ello, es importante enseñar a los niños a demostrar educación y respeto a la hora de actuar y expresarse, sin tener la necesidad de dañar a nadie.
“Por favor”, “buenos días”, “buenas tardes”, “gracias”, “disculpa”, etc, son palabras simples, pero poderosas que, al enseñarles la importancia de su uso a los niños, estaremos invirtiendo en sus emociones, valores sociales y reciprocidad.
“Para que el niño desarrolle valores debemos lograr que conozca el bien, ame el bien y haga el bien. O sea que entienda los valores, que adhiera afectiva y emocionalmente a los mismos y que fundamentalmente los manifieste en acciones”, comentó María Lourdes Majdalani, máster en Educación y directora del Centro para el Desarrollo Moral de Fundación Majdalani, al diario La Nación.
Es fundamental que los padres también practiquen estos valores, ya que los niños tienden a imitar la conducta de sus progenitores, recuerden que ellos son como “esponjas” que absorben todo. Aunque los niños generalmente son bondadosos, solo cuando maduran entiende la importancia de expresar las palabras adecuadas, en el momento necesario.
Los actos de cortesía y educación deben estar dirigidos a todas las personas, sin importar su edad, sexo, religión, cultura o cualquier otra diferencia que pueda verse a simple vista. Todas las personas merecen respeto por igual y por es importante que los padres lo expliquen.
Según el especialista Jean Piaget, la mejor edad para comenzar a enseñarle a un niño modales es entre los 2 y 7 años, edad en la que se forma el “estadio de inteligencia intuitiva”, donde los niños comienzan a entender lo que es el respeto, la empatía, el sentido de la justicia y la reciprocidad.