El Día del Padre es una fecha muy especial en el que los hijos recuerdan a sus progenitores lo mucho que lo aman. No obstante, existen casos en el que esta unión se ve resquebrajada por errores que se ha cometido en el pasado.
Ante esta situación, es importante mencionar que, nunca es tarde para que un padre distanciado de sus hijos corrija los errores del pasado y se reconcilie con ellos, si de verdad hay amor en el corazón y el deseo real de establecer un vínculo.
Es así que, la psicoterapeuta Evelyn Bezada del Instituto Guestalt explica al portal Andina que para resolver esta situación se debe tomar conciencia de la necesidad de que el padre se involucre para estimular el desarrollo socioemocional de los hijos.
Asimismo, la especialista recordó un caso en el que el padre volvió a buscar a su hija cuando ella ya tenía sus propios hijos y lograron establecer un vínculo afectivo muy bueno, a tal punto que la joven considera a su padre como su amigo y no lo juzga por lo que hizo en el pasado.
"Estoy convencida de que cuando se quiere un cambio se puede lograr, aunque en algunos casos sea más difícil y se requiera terapia. Pero si se puede reescribir el pasado a través del presente", comentó.
La experta aseveró que si existe amor este debe prevalecer, porque, aunque sean adultos las personas siempre necesitan afecto y en esos casos "los hijos siempre van a tener la esperanza de que su padre se acerque".
Recomendó que para superar los comentarios negativos que pudieran haber recibido de su padre, lo mejor es tener una buena conversación y hacer un mea culpa.
"El padre debe admitir que tuvo errores, pero debe decirle a sus hijos que ahora está allí para ellos", expresó.
Algo que sucede muy frecuentemente entre los padres jóvenes es la exigencia del trabajo, el deseo de superación a través de los estudios y las ganas de avanzar profesionalmente.
Lo difícil, pero necesario - advirtió la experta - es lograr el equilibrio entre el tiempo que se debe dedicar a los hijos y las demás actividades.
En ese sentido, recomendó a los padres que se organicen de tal forma que les den a sus hijos tiempo de calidad, que se interesen por sus gustos y por lo que ellos quieren.
A su juicio los cinco primeros años son los más importantes y si el papá no está cerca se perderá de ver cómo sus hijos van creciendo, cómo van aprendiendo, sus curiosidades, los pasos que van dando.
Por eso lo recomendable sería posponer por un tiempo los posgrados y las maestrías hasta los primeros cinco años de sus hijos.
Bezada aseveró que si el padre no está presente el niño o niña puede crecer inseguro y tener problemas en el colegio, lo que puede derivar en bullying.
"En cambio, cuando un niño tiene seis años o algo más ya está más organizado en sus actividades y los padres pueden establecer horarios para atenderlos sin dejar de trabajar”, anotó.
Anotó finalmente que la participación del padre en la vida del hijo es vital porque ayudará a que el niño o niña tenga herramientas y recursos para enfrentar las adversidades y porque es necesario que tanto la madre como el padre asuman el rol que les compete.
"Mientras la madre poner la ternura en el hogar, el padre da la seguridad", remarcó finalmente.
(Información compartida de Andina)