No hay duda que el amor de una madre hacía sus hijos no tiene límites y se da desde el primer día de la concepción. Esta unión surge de manera espontánea y va creciendo con el paso del tiempo. Ante ello, ¿conoces cuáles son las claves que activan este vínculo con tu bebé?
Muchas personas creen que mantener a un bebé cerca de la madre mucho tiempo durante los primeros años deriva hacen que el niño sea consentido o malcriado. Sin embargo, la licenciada Rosina Duarte, psicóloga especializada en crianza señala todo lo contrario.
La experta explica que el apego ayuda a fortalecer los vínculos profundos que se forjan entre padres e hijos durante el nacimiento y los primeros años de vida. Estos se hacen a través del contacto permanente, las caricias y otras prácticas como dormir en la misma cama, no dejarlo llorar y tenerlo en brazos el mayor tiempo posible.
"La primera infancia es una etapa caracterizada por la indefensión, donde prima la necesidad. Es fundamental que los adultos sean los encargados de satisfacer esas necesidades básicas de manera satisfactoria e inmediata, para establecer en el niño sentimientos de seguridad y confianza en sí mismo y respecto del entorno", explica la especialista.
Es así que, para fortalecer el vínculo entre padres e hijos se debe tener en cuenta algunos elementos. ¡Conócelos!
Mirada. Mirar detenidamente al bebé, reconocerlo, buscar sus ojos, para que vaya forjando su personalidad, sintiéndose seguro y confiando en sí mismo.
Sostén. Las caricias, los abrazos y los mimos hacen que el bebé se sienta contenido. Todo pequeño necesita de un otro que lo sostenga y le brinde apoyo.
Contacto. A los niños hay que transmitirles calor corporal. Al besarlos, mecerlos, bañarlos y alimentarlos, les infundimos tranquilidad.
Sonrisa, juegos y movimientos rítmicos. Los padres funcionan como espejos para los niños. Entonces, lo que ellos le otorgan a través del cuerpo, el bebé lo aprende, lo copia y lo internaliza. Es importante compartir risas, cantar o bailar con los chicos.
Comunicación. Hay que prestar atención a los sonidos que emite el bebé, porque son su manera de comunicarse con el exterior y, especialmente, con los padres. Mediante la palabra transmitimos afecto: por eso es importante aprender a decodificar las señales del niño y responderles.
Dormir juntos. Quienes lo practican afirman que es una experiencia de crianza muy positiva, tanto para los padres como para los hijos, siempre que se tomen los recaudos de seguridad para evitar cualquier peligro de asfixia.
Es importante resaltar que no hay nada mejor que disfrutar la compañía de los hijos para fortalecer el vínculo familiar y así crear más recuerdos positivos.