Después del parto, la lactancia materna es uno de los vínculos más importantes del bebé con su madre pues se crea un interacción que brinda fortalecimiento emocional y psicológico.
También, es la forma más esencial de alimentación para el recién nacido, este proceso le otorga las vitaminas, minerales y nutrientes que necesita para continuar con su desarrollo físico y mental.
TE PUEDE INTERESAR ¿Sabías que tu hijo de dos años podría estar pasando por “La adolescencia del bebé”?
En esta nota te revelamos siete mitos de este hermoso vínculo de amor.
Este es uno de los mitos más comunes al momento de la lactancia. El creer que la leche materna no sustenta al bebé lleva a la madre a complementar su nutrición con fórmulas que a la larga terminan modificando el proceso natural de alimentación. Es decir, se reduce la tomas diarias y la mujer deja de producir leche, lo que genera el incremento del suplemento.
Falso. Todos las mujeres son capaces de producir la cantidad necesaria de leche para solventar la necesidad de alimentación de su bebé. Todo depende la estimulación y frecuencia de succión del pequeño.
Este es un mito cierto. Las primeras 48 horas después del parto la madre no produce leche; sin embargo, bota gotas de calostro que ayuda mucho a la salud digestiva del bebé.
En este punto te recomendamos consultar con tu médico, pero debes saber que son muy pocas enfermedades y medicamentos que impiden la lactancia del bebé. Así que eso debe ser un impedimento para que sigas amamantado.
Falso. Los bebés procesan y digieren muy rápido la leche materna, por lo que no debes tener control de horarios, simplemente deja que sea tu pequeño el que te indique las veces que necesita alimentarse al día.
No hay régimen alimenticio estricto, la madre debe mantener una alimentación balanceada con la cantidad de nutrientes necesarios que contribuyan al desarrollo del bebé.
Como se mencionó anteriormente, solo la succión del bebé estimula la producción de leche, por lo que no existe bebida mágica que la ayude.