A menudo, cuando pensamos en exfoliación lo asociamos como un paso dentro de nuestra rutina de belleza para el cuidado de la piel, pero en realidad este proceso abarca más puntos que sólo nuestro cutis.
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Quizás no lo sabías, pero también puedes exfoliar otras partes de tu cuerpo como tu cuero cabelludo, por ejemplo. Cada vez más, los exfoliantes capilares son más conocidos en el mundo de la belleza gracias a sus beneficios para el cuidado del cabello.
Y es que exfoliar el cabello trae muchas ganancias como la estimulación de su crecimiento, combatir la caída y conseguir una melena radiante. Esto se debe a que esta limpieza profunda ayuda a destapar los folículos de cabello obstruidos con exceso de producto y/o grasa.
Con la exfoliación, los folículos se oxigenan, permitiendo que el cabello vuelva a crecer con normalidad, fuerza y brillo.
Si quieres usar un exfoliante capilar lo mejor es que lo consultes con tu estilista o con un experto para que evalúe tu cabello y te recomiende el mejor producto para ti. Pero si quieres probar uno casero, puedes realizar la siguiente:
Mezcla una cucharada de aceite de oliva, una cucharada de miel cruda (o azúcar rubia) y dos cucharadas de infusión de romero. Viértelo sobre las raíces de tu cabello (previamente lavadas) con movimientos circulares y muy suaves. Luego, deja actuar por 5 minutos y enjuágalo con normalidad usando agua tibia. Eso sí, recuerda hacerlo cada 15 días (aproximadamente) ¡para no irritar tu cuero cabelludo!