Existen muchas razones diferentes para querer probar el Botox. Pueden ser médicas para tratar migrañas o la sudoración excesiva, o estéticas, para alisar el cutis y reducir las arrugas.
Sea cual sea tu caso, es importante que sepas estas 5 cosas antes de abordar el tratamiento.
Es necesario que hagas una investigación previa. Revisas sus fotos de antes y después, y pregunta todo lo que desees saber. ¿Sus resultados son como te gustan? ¿Son demasiados sutiles o demasiados obvios?
Lo más importante es que te sientas cómoda tanto con el procedimiento como con la persona que lo realiza. ¡Ten paciencia!
Tienes que ser un consumidor educado. Puede ser que te pongas Botox para un evento que se avecina, por prevención, tratando de arreglar una cosa que te molesta, o todas estas opciones juntas.
Hay muchas cosas que se pueden mejorar con una buena rutina de cuidado de piel, es esencial que hables con un dermatólogo primero.
Imagina que tuvieras que escoger solo un tratamiento ese día, ¿Cuál sería? Muchas veces puede ser abrumador cambiar un montón de cosas sobre tu rostro. En su lugar, elige tu prioridad principal y comienza con eso.
Casi todo es genético. Todos vamos a envejecer de manera diferente, pero puedes ver como tu madre o tu padre envejeció para ayudarte a determinar cuáles son tus prioridades.
Y comunícalo a tu proveedor para que te haga un plan. Así lo explica la doctora Lisa Goodman al portal Byrdie : “Si desea lucir renovado, tal vez eso signifique ir dos o tres veces al año para obtener una rutina de Botox. Si realmente está buscando detener su ciclo de envejecimiento, tal vez eso signifique ir de cinco a seis veces al año con varios tratamientos (como rellenos, Botox y tratamientos para la piel como láseres, micro-agujas, exfoliaciones, etc.) “
Así que ya sabes wapa, no te precipites y te atiendas con el primer doctor, conoce tu genética y sobretodo, estate muy segura con el tratamiento que te vas a someter.