La selva de Cusco no solo es habitada por animales hermosos como el jaguar, el tapir y diversidad de mamíferos, sino también por insectos que, pese a ser pequeños, son muy respetados entre los habitantes del Bajo Urubamaba, como la isula, una hormiga cazadora que puede medir más de 3 centímetros.
La isula tiene una mordida muy temida por el dolor que causa, revela un informe del programa de Monitoreo de la Biodiversidad (PMB) de Camisea.
"La isula, que habita en el Bajo Urubamba, es una de las especies más grandes de hormigas, son cazadoras solitarias e inyectan el veneno de su aguijón a insectos incluso más grandes que ellas", indicó un reporte del PMB. De acuerdo con otros testimonios, la picadura de la isula puede causar incluso reacciones alérgicas en las personas.
La isula está presente también en la literatura e historias milenarias de las comunidades indígenas que habitan el Bajo Urubamba. Por ejemplo, el relato "Tsla y los Muchkajines", incluido en el "Libro de Nuestra Selva" editado por Pluspetrol, narra sobre la isula, caracterizada por su gran tamaño.
Según el cuento, de origen Yine, la isula se convirtió en mujer, se casó con un hombre que antes fue un escarabajo, se enamoraron y quedó embarazada de trillizos.
El PMB registró en los últimos años distintas variedades de insectos, donde destacan los lepidópteros nocturnos, himenópteros (abejas), dípteros, scarabaeidae (escarabajos) y formicidae (hormigas). Estos animales juegan un importante rol en el ecosistema: son descomponedores, consumidores, predadores y parásitos.
En el Bajo Urubamba de Cusco, el PMB de Camisea presenta un modelo único de monitoreo, preservación y registro de la biodiversidad, y cuida de ese modo uno de los hotspots de biodiversidad más ricos del mundo, que son lugares donde hay gran concentración de especies.
Con información de Andina.