En medio de la lucha contra la pandemia del coronavirus, muchos peruanos han demostrado de qué estamos hechos y que en medio de la adversidad los peruanos somos capaces de sacar lo mejor de nosotros.
Esta es la historia esperanzadora de 'Simba', un perro orgullosamente mestizo, de 9 años, que en plena cuarentena empezó a presentar complicaciones en su salud, que mantuvieron en vilo a toda su familia.
"Un corazón con una frecuencia baja puede generar muchos problemas como desmayos, fatiga y reducción de la expectativa de vida. Para corregir esta condición fue necesario implantar un marcapasos, esto mejoró la calidad de vida de Simba. Esta es la primera vez en Perú, que un canino ha sido sometido a este procedimiento. Para lograrlo se requirió de un grupo médico comprometido, y mucha planificación", explicó el especialista en cardiología a Perú 21.
De acuerdo con el citado medio, el equipo contó con la gran experiencia del doctor Ricardo Coloma, cardiólogo intervencionista en medicina humana, la dedicación de la doctora Ximena Trelles, anestesista veterinaria, y el valioso trabajo de la doctora Viviana Tateishi, médico veterinario internista, quienes no dudaron en sumarse al proyecto que devolvió la esperanza a la familia Mayorga.
La intervención se realizó con éxito a fines de julio, según detallaron los involucrados.
La doctora Trelles puso bajo anestesia a Simba y los cardiólogos Asencios y Coloma iniciaron el procedimiento, introduciendo a través de la vena yugular un cable (electrodo) en el interior del corazón del can, con el objetivo de estimular al musculo cardíaco mediante nuevos impulsos eléctricos artificiales.
"El otro extremo del electrodo se conectó a una fuente de energía (batería) que permanecerá dentro del cuerpo de Simba de ahora en adelante. Finalmente, se revisó el funcionamiento del marcapasos y calibró según las necesidades del paciente", añadió Asencios.
De acuerdo con el informe, la operación tuvo excelentes resultados, la frecuencia cardíaca del perro pasó de una mínima de 26 latidos por minuto, a una de 80, garantizando que Simba acompañaría por muchos años más a su familia.
Luego de pasar a cuidados intensivos y ser monitoreado por varios días bajo la atenta mirada de la Doctora Tateishi, y un grupo de catorce voluntarios provenientes de todas las facultades de veterinaria de Lima e Ica, el valiente perro fue dado de alta.
Por su parte, la mamá perruna, Cristine Mayorga, manifestó su agradecimiento por la buena intervención de los especialistas.
"Estoy muy contenta con que Simba se haya recuperado y todo haya salido bien, lo extrañábamos mucho en casa", expresó la dueña de la mascota.
"Simba es parte de la familia. Hace unos meses notamos que se cansaba rápido e incluso llegó a desmayarse, por eso decidimos llevarlo a Cuore, un centro de cardiología veterinaria, para que revisen su corazón", explicó la 'madre' de Simba.