Un perro no es solo una mascota, es un fiel compañero que nos brinda su amor de manera incondicional, por el cual nunca te sentirás sola. Sin embargo, hay varios casos en el que tu amigo peludo no te obedece.
Ante esta situación muchas veces no sabemos cómo actuar y que por más que le demos una orden, no nos hace caso. Entonces, si tienes un perro desobediente que necesita una educación básica O un perro bien educado al que le gustaría aprender nuevos trucos, en estos tips son para ti.
En las siguientes líneas te mencionaremos 4 puntos básicos que debes de seguir para empezar a educar a tu perro, según señala la médica veterinaria Carolina Alaguna, al portal El nuevo día. ¡Atenta y toma nota!
Motivación
Punto de inicio. Cuando le estamos enseñando al perro algo, tiene que estar motivado. Por ello, los castigos no son lo más recomendado, es mejor utilizar refuerzos positivos, que son premios: darle algo que le guste, ya sea de comer o una caricia, un ratito de juego, un juguete.
Disciplina
La disciplina, constancia y consistencia van de la mano cuando queremos lograr algo, y para la educación de amigo peludo también lo es. Por lo cual, si queremos que no se suba al sofá, no hay que permitírselo ni una sola vez, y en esto tienen que colaborar todos los miembros de la casa y visitantes.
Recuerda que no sirve que durante una semana obedezca y un domingo se lo permitamos, no se puede ser permisivos. Esas órdenes hay que incluirlas en la rutina diaria.
Una orden a la vez
No debemos confundirlo. Si está aprendiendo la orden de sentarse, no hay que comenzar con la de acostarse, por ejemplo. Con sesiones cortas (de cinco a diez minutos) y repetitivas es más fácil que fije el comportamiento que queremos que asuma. Si el perro se aburre, lo perdemos y hay que volver a empezar con la motivación. Dé una orden a la vez. Cuando ya sepa sentarse o acostarse, siga con otra.
Premiar en el momento justo
En ese punto necesitas ser firme para que el perro aprenda, aunque a veces no quiera convencer con su carita. Si le estamos enseñando a acostarse o a sentarse para ponerle la correa, debemos premiarlo en ese instante, justo cuando esté en esa posición para que entienda que eso es lo que queremos que haga, que lo premiamos por obedecer.