Esta súper fruta, que por el color de su pulpa fue llamado “manjar blanco” por los conquistadores españoles, posee también vitaminas del complejo B, como la tiamina (B1), riboflavina (B2) y piridoxina (B6), que contribuyen al incremento de la energía celular, al buen funcionamiento del sistema neurológico y el fortalecimiento de la memoria. Asimismo, previenen la anemia perniciosa, debido a que ayudan a la formación de glóbulos rojos en el organismo.
También es un superalimento rico en minerales como calcio, cobre, fósforo, hierro, manganeso, potasio y zinc, a lo que se suman su aporte en fructosa, fibra y agua, que lo convierten en una fruta siempre agradable al paladar.
La versatilidad de esta sabrosa y nutritiva fruta es muy amplia, pudiendo ser consumida cruda, en ensaladas, jugos, mermelada y mazamorra. Y es preferida por la repostería para preparar tortas y pasteles, así como por la industria alimentaria para la elaboración de helado, yogur, esencia y concentrado para galletas, chocolate relleno y otros dulces. Incluso es requerido como insumo de coctelería para preparar diversos tragos innovadores a base de chirimoya.
Hoy te enseñamos una forma sencilla de preparar esta fruta, ideal para compartir con seres queridos. ¡Atenta y toma nota!
2 tazas de pulpa de chirimoya
1/4 taza de agua
1 taza de leche evaporada
Panela o chancaca
1 puño de nuez picada
Paso 1:
Licúa la pulpa de la chirimoya con agua y cuela.
Paso 2:
En una cacerola a fuego muy suave, hierve la pulpa de chirimoya con la leche evaporada y agrega la panela o chancaca disuelta previamente. Mueve constantemente para que no se pegue en el fondo, hasta que espese, alrededor de 15 minutos.
Paso 3
Verter en moldes individuales y adorna con nuez. ¡Y listo!
Puedes consumirlo con todos tus seres queridos.
Opcional, dejar entibiar el dulce, introducir al refrigerador y servir frío.