Calaveras, se usan como signo de toxicidad en los productos, decoran casas y disfraces en Halloween. En el arte también han tenido desde siempre una fuerte presencia.
Pintores como la mexicana Frida Kahlo, el español Salvador Dalí, y otros artistas de renombre como Van Gogh o Rembrandt, las han utilizado en sus obras. Y todo el mundo asocia al personaje de Hamlet, de la obra de igual título de William Shakespeare, con este símbolo.
Así, los cráneos humanos, que en principio deberían causar cierto recelo, provocan en muchos una sensación muy distinta: fascinación.
Y ahora que llega Día de Muertos, muchos son los que comparten en internet, en forma de cuadros, fotografías o incluso disfraces, las calaveras que, por otro lado, despiertan fascinación no solo en esta época, sino durante todo el año.
La cultura mexicana está fuertemente ligada a la simbología de las calaveras, protagonistas del Día de los Muertos, cuya celebración coincide con Halloween, y encarnadas también en la figura de la Santa Muerte.
Artistas de México como Frida Kahlo, Diego Rivera o José Guadalupe Posada representaron calaveras en su obra. Una tradición que ha seguido vigente, y se mantiene viva en el arte gracias a pintores mexicanos como el joven Evan (@lesfleursdmal en Twitter e Instagram).
Las calaveras son, entre otros elementos fúnebres, parte de la estética de su obra: “las veces en las que he recurrido a ellas o a su aspecto, ha sido para enfatizar cómo me veo y me siento”, dice el pintor, quien matiza que “es un aspecto tan desgarrador y doloroso que sobran las palabras”.
“Es una fascinación curiosa y contradictoria: nos atrae la muerte en la misma medida en que muchos la temen”, comenta y, en la misma línea que Jorge, añade que “siempre han sido un recurso para hablar de la vida, de cómo acaba, de sus consecuencias. Sin castigo, sin penitencia. Lo que vemos es lo que seremos: huesos”.
Huesos, lo que todos somos y seremos, incluyendo al propio Evan, también conocido como Morgart, y a los miles de seguidores que tiene en sus redes sociales. A través de las cuales comparte con ellos sus cuadros, ambientados en un estilo que un profesor denominó para el joven como “tenebrismo impresionista”.
Es que la muerte, el dolor y la sangre están muy presentes en la obra de Evan incluyendo, por tanto, las calaveras: “a veces ni siquiera se trata de un cráneo separado del cuerpo, sino rostros que se asemejan a calaveras”, comenta.
“En ocasiones recurro a ellas (las calaveras) para darle -como muchos otros -rostro a la Muerte. A alguien que nos recoge de ese final y nos abraza para no sentir el frío penetrando en los huesos”, cuenta el artista, para después hablar de sus raíces latinas.
“En la cultura de mi madre (y la mía, aunque menos vivida), las calaveras se usan para conmemorar a los muertos y darles una buena acogida” relata, haciendo alusión a esa fuerte vinculación con las calaveras en la tradición mexicana.
“Las vestimos para enseñarle y decirle a la Muerte que no le tenemos miedo, y que, cuando sea el momento, no pasará nada: será bien recibida. Es algo natural, y así lo entendemos”, dice, y termina con una reflexión: “A veces pienso que acudimos a la muerte para acostumbrarnos a ella. Para evitar que sea tan absoluta e intrascendente; para hacerla nuestra”.
Con información de Efe.