La educación es muy importante para el desarrollo de los niños, teniendo en cuenta que cada pequeño es único y tiene su propia idiosincrasia. Sin embargo, muchas personas piensan que si los menores tienen problemas de lenguaje no pueden asistir al colegio.
Ante ello, Ivete Ccora Patala, experta en audición y lenguaje de niños, niñas y adolescentes del Hospital Víctor Larco Herrera, menciona que, si su niño o niña tiene problemas de lenguaje, no existe ninguna limitación para empezar la educación inicial, ya que la escuela es un espacio de recuperación muy importante
“Como los padres de familia tienden a comparar a sus hijos con otros, pueden detectar los síntomas de alerta e informarle a su profesora del problema. De esta manera se deriva a un especialista para que el niño o niña acceda a un tratamiento oportuno”, explicó la especialista.
Asimismo, refirió al portal Andina que, si además de problemas de lenguaje se presentan problemas de conducta, es mejor que el ingreso al colegio inicial sea progresivo.
No todos los menores responden de la misma manera frente al inicio escolar, sobre todo si tienen tres años, por eso es recomendable que las mamás o papás conversen con la maestra para que sea flexible con la asistencia de su niño o niña, indicó.
Señales de alerta
La terapista de lenguaje informó que existen señales de alerta que pueden detectarse desde la primera infancia. A los 3 años, por ejemplo, si el menor utiliza menos de 300 palabras para comunicarse, es mejor acudir al médico especialista.
A esa edad, explica, los niños y niñas pueden conversar y hacer preguntas. Si no formula interrogantes, no manifiesta curiosidad o no narra episodios que le suceden en su vida cotidiana, quiere decir que tiene un problema.
Cuando se diagnostica trastornos en el lenguaje, el trabajo de la familia es fundamental pues con su presencia y participación garantizan el éxito de la terapia en el niño o niña, señala Ccora Patala.
“De no ser así las dificultades pueden arrastrarse hasta los 6 o 7 años. Los chicos escriben lo que escuchan, entienden lo que escuchan. Si les falta estimulación, se afectará su parte académica. El problema es del entorno familiar”, señala.
Trastornos frecuentes
Agregó que las dificultades más frecuentes son de compresión pues el niño o niña al no tener el suficiente vocabulario de acuerdo con su edad, entre 5 y 6 años, no entiende o no comunica bien sus ideas.
Por ejemplo, muchos menores en vez de decir foco dicen luz. No distinguen la diferencia entre uno y otro, refiere.
Los otros problemas son de pronunciación, estructuración y espasmofemia (tartamudez) que entre los 3 y 4 años es normal, pero después de esas edades se convierten en un problema de lenguaje.
“Quienes sufren trastornos del lenguaje se recuperan, hay ejercicios que se pueden hacer en casa, el éxito de la terapia se logra con la retroalimentación. Estos problemas sobre todo son orgánicos o funcionales. En algunos casos pueden ser psicológicos o neuronales”.