La sociedad de consumo ha tergiversado el sentido que tiene la fiesta de la Navidad. Más allá de la comida o de las compras de regalos, se trata de compartir un momento de comunicación en familia.
“Durante la época navideña, un buen ejercicio es dialogar con nuestros hijos para que reconozcan el verdadero valor de las tradiciones vinculadas con esta celebración y que sepan qué implican las mismas”, indicó Jorge Pacheco Tejada, Director del Departamento de Educación de la Universidad Católica San Pablo de Arequipa.
Para Pacheco Tejada, la cena navideña en familia debería ser vista como espacio de socialización. Por ello, se debe aprovechar este momento para que los miembros puedan comunicarse y así conocerse más.
“Debemos restituir el valor que tiene la cena como espacio para dialogar, reír, contarnos cómo nos va, o cuáles son los motivos de gratitud. La cena de Navidad no debe ser espacio de discusión ni peleas, sino una oportunidad para acercarnos, compartir, conocernos”, puntualizó el Director de Departamento de Educación UCSP.
Con ese fin, Pacheco aconsejó que durante las fiestas de Navidad los padres realicen actividades que permitan mantener y profundizar una relación armoniosa, como por ejemplo:
1.Discernir y resolver el tema laboral de manera que no afecte el tiempo que necesitan los niños.
2.Relatar a sus hijos cómo vivieron ellos las celebraciones cuando eran niños, compartiendo experiencias de la infancia.
3.Preparar dinámicas que no solo queden en la Nochebuena sino que se proyecten al día de Navidad, motivando a la familia a hacer algo especial y distinto este año.
4.Acostumbrar a los menores a compartir con la familia sus sueños, proyectos, preocupaciones y logros, y motivarlos a cumplir con todo aquello que se propongan.
Por ello Wapa recuerda que la mejor cena navideña es la que está rodeada de amor familiar.