En medio del frío intenso, el uso de la terma eléctrica es muy común, pero podría afectar tu economía y llevar tu recibo por las nubes.
Únete al canal de Whatsapp de WapaEl termo eléctrico es un dispositivo empleado para calentar agua en el entorno doméstico mediante electricidad y su uso es más constante en épocas de frío.
A pesar de su utilidad en la vida diaria, surge una pregunta recurrente: ¿Es más conveniente mantenerlo siempre encendido o solo activarlo cuando se precisa?
La respuesta no es tan simple como podría parecer, ya que está condicionada por diversos factores. Uno de estos aspectos relevantes es la capacidad del termo eléctrico. Si su capacidad es superior a la necesaria, lo recomendable sería apagarlo en momentos de no utilización, porque estaría consumiendo energía de manera superflua.
Otro elemento a tomar en cuenta es el costo de la electricidad en la localidad donde se encuentra la vivienda. Si este coste es elevado, se sugiere apagar el termo eléctrico cuando no se esté utilizando para contribuir a reducir el importe de la factura de electricidad.
Por otro lado, existen situaciones en las cuales es preferible mantener el termo eléctrico en funcionamiento de manera continua. Por ejemplo, si la zona presenta temperaturas muy bajas, resulta aconsejable mantener el termo eléctrico encendido para prevenir la congelación del agua.
En términos generales, es recomendable apagar el dispositivo cuando no se requiera su uso, con el propósito de economizar energía y disminuir el coste de la factura eléctrica. Sin embargo, hay circunstancias en las que mantenerlo en funcionamiento permanente es necesario para evitar posibles problemas relacionados con el agua.
El consumo de energía de una terma varía según el tipo de fuente de energía que emplea. En términos generales, una terma eléctrica consume más energía en comparación con una terma a gas o solar.
En el caso de una terma eléctrica de 50 litros, su consumo puede situarse alrededor de 2 kilovatios por hora (kWh). Esto implica que utilizarla durante una hora resultaría en un consumo de 2 kWh de energía. Si su uso es diario durante una hora, el consumo mensual estimado sería de aproximadamente 60 kWh.
En contraste, una terma a gas de 50 litros podría consumir cerca de 0.25 metros cúbicos de gas por hora. Por consiguiente, al utilizarla durante una hora, el consumo de gas sería de 0.25 metros cúbicos. Si su uso es cotidiano durante una hora, el consumo mensual podría llegar alrededor de 7.5 metros cúbicos de gas.
Para reducir la factura de luz, existen varias estrategias a considerar. En primer lugar, optar por una terma de menor capacidad puede disminuir el consumo energético y, por ende, reducir la factura eléctrica.
En segundo lugar, es posible ajustar la temperatura de la terma. Mantener una temperatura excesivamente alta implica un mayor consumo energético. Ajustar la temperatura a unos 60 grados Celsius suele ser suficiente para obtener agua caliente sin derrochar energía.
En tercer lugar, utilizar la terma de manera más eficiente puede contribuir a ahorrar energía. Por ejemplo, tomar duchas más cortas en lugar de baños prolongados o lavar los utensilios con agua fría en vez de agua caliente son acciones que pueden tener un impacto positivo en la factura de energía.