Se trata del primer “caso documentado de un tratamiento de una lesión por un animal salvaje con una especie de planta que contiene sustancias biológicas activas”.
Únete al canal de Whatsapp de WapaLa Fibraurea tinctoria es una enredadera originaria de las selvas del sudeste asiático y ampliamente utilizada por diversas comunidades locales como una planta medicinal. Se ha observado que contiene furanoditerpenoides, los cuales poseen propiedades antibacterianas, antiinflamatorias, antioxidantes y fungicidas, así como altas concentraciones de alcaloides, como la protoberberina, que es la precursora de la berberina, un compuesto conocido como el "Ozempic natural". En el norte de Sumatra, se ha documentado por primera vez cómo un orangután macho llamado Rakus utilizó hojas de F. tinctoria para elaborar un emplasto que aplicó sobre una herida bajo su ojo, logrando su cicatrización en un período relativamente corto.
“Curiosamente, Rakus también descansó más de lo habitual mientras estuvo herido”, manifestó Isabelle Laumer, investigadora del Instituto Max Planck de Conducta Animal (Alemania) y primera autora del estudio. “El sueño afecta positivamente a la cicatrización de heridas, ya que durante el mismo aumentan la liberación de la hormona del crecimiento, la síntesis de proteínas y la división celular”, agrega.
Rakus, un orangután de Sumatra, perteneciente a una especie con una población reducida de aproximadamente 7,500 individuos, ha sido observado en la selva de Suaq Balimbing. Se estima que nació en la década de 1980 y en 2021 ya había alcanzado la madurez sexual, como lo demuestran las bridas desarrolladas en sus mejillas. La lesión que sufrió debajo de su ojo se atribuye a una pelea con otro macho, aunque no se presenció el enfrentamiento directo. Tres días después del incidente, Rakus comenzó a utilizar hojas de F. tinctoria para fabricar un emplasto que aplicó sobre su herida, un comportamiento nunca antes observado en orangutanes. Su proceso de curación fue seguido de cerca por los investigadores, quienes registraron su evolución en un estudio publicado en la revista científica Scientific Reports.
Los expertos destacan que si bien muchas especies tienen prácticas de higiene, como evitar el contacto con heces o alimentos en mal estado, este caso representa la primera vez que se documenta un comportamiento tan específico y deliberado, consistente en la elaboración de un tratamiento curativo aplicado directamente sobre una herida abierta.
Caroline Schuppli, también del Instituto Max Planck de Conducta Animal, explica en un correo que “en general, existen pocas pruebas de comportamientos relacionados con la salud en los orangutanes”. No obstante, en los orangutanes de la vecina Borneo, considerados otra especie, “se ha observado que individuos de diferentes poblaciones ingieren especies de plantas específicas que también se utilizan en etnomedicina por sus propiedades médicas”, agrega la primera autora del estudio. “Es posible que los orangutanes hayan ingerido estas plantas para tratar diferentes afecciones médicas”, apunta.
Hace algunos años, un equipo de investigadores informó haber presenciado cómo tanto hembras como un macho de orangutanes de Borneo (Pongo pygmaeus) utilizaban hojas de la planta Dracaena cantleyi para elaborar una mezcla con saliva y frotarla sobre su piel. Investigaciones posteriores revelaron que esta planta contiene un compuesto que inhibe la producción de citoquinas, lo que le confiere propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
“Utilizaron plantas con propiedades médicas, pero no se observaron heridas ni afecciones de la piel en el cuerpo de los orangutanes; es posible que estos orangutanes hayan usado las plantas para tratar el dolor”, menciona Schuppli. “Nuestra observación es el primer caso documentado de tratamiento de heridas por parte de un animal salvaje con una planta con propiedades medicinales”, recalca.
El comportamiento de Rakus es realmente fuera de serie y podría tratarse de lo que las autoras llaman “un caso de innovación individual”. Schuppli expone una explicación del origen de esta práctica: “Algunos individuos pudieron tocar accidentalmente sus heridas mientras se alimentaban de esta planta y, por lo tanto, aplicar involuntariamente su jugo en ellas. Como la F. tinctoria tiene potentes efectos analgésicos, pudieron sentir un alivio inmediato del dolor, lo que les haría repetir el comportamiento más veces”. Para resolver este asunto, los investigadores destacan la importancia de observar a otros orangutanes del mismo grupo de Rakus. Sin embargo, esto presenta un desafío considerable. En la especie de orangutanes, los machos abandonan su lugar de origen y su comunidad cuando alcanzan la adultez, a menudo desplazándose a distancias de cientos de kilómetros. El lugar de nacimiento de Rakus y de quién pudo haber aprendido a curarse son inciertos.