Sacerdote Guillermo Oviedo DEJA EN SHOCK a todos al revelar si Alan García murió en verdad: Él lo vio todo
El padre Guillermo Oviedo afirmó que administró los sacramentos y subrayó que este asunto es estrictamente privado.
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A poco más de cinco años desde el fallecimiento de Alan García, y con una película que retrata la última etapa de su vida aún en los cines peruanos, el sacerdote arequipeño Guillermo Oviedo decidió dar una entrevista.
En medio de todo esto, el sacerdote arequipeño Guillermo Oviedo reveló que fue él quien administró los santos óleos al ex presidente aprista antes de su fallecimiento.
Sacerdote afirma que vio cadáver de Alan García
"¿Qué creo que pasó con Alan? No importa lo que yo crea, porque las cosas no son como yo creo, son como son. Y el señor Alan García falleció. [¿Pero qué sabe usted?] Sé que está muerto, que yo le di la absolución, le di los santos óleos. Y no voy a hablar más porque es un tema privado", expresó a CanalB.pe.
Ante la insistencia del entrevistador por obtener más detalles del suceso, el padre Oviedo respondió de manera firme: "Le administré los sacramentos y ya está, ahí lo dejamos, porque es parte del ámbito privado de las personas. Sí, le otorgué los sacramentos, tanto la absolución como la unción de los enfermos. Y sí, lo vi fallecido".
¿Cuál es el sacramento de los Santos Óleos?
Los santos óleos son elementos litúrgicos empleados en la Iglesia católica y en algunas denominaciones cristianas para la administración de sacramentos como la unción de los enfermos, la confirmación y el orden sacerdotal.
Consisten en una mezcla de aceite de oliva y bálsamo perfumado, los cuales son bendecidos y consagrados durante la Misa Crismal, típicamente celebrada en la Semana Santa. Durante esta ceremonia, el obispo bendice el óleo de los enfermos y el óleo de los catecúmenos, y consagra el santo crisma.
El óleo de los enfermos se emplea en el sacramento de la unción de los enfermos, que se administra a aquellos que están gravemente enfermos o en peligro de muerte. Se aplica en la frente y en las manos del enfermo, acompañado de una oración por su salud física y espiritual.