El padre “llevaba quejándose tres o cuatro días de que quería tener un hijo y estaba muy enojado”, declaró a la AFP Zarrar Khan, portavoz de la policía de Mianwali.
Este horroroso hecho ocurre en el mismo lugar un mes después de que a una embarazada le insertaran un clavo en la cabeza con la promesa de que así daría a luz a un niño, lo cual tiene en asombro al mundo entero.
Esta vez, la policía paquistaní notificó este jueves que arrestó a un hombre acusado de matar a su hija de una semana de vida, al alegar que prefería un niño.
La bebé murió tras recibir el domingo cinco disparos de bala en la ciudad de Mianwali en la provincia central de Punjab. El padre "llevaba quejándose tres o cuatro días de que quería tener un hijo y estaba muy enojado", declaró Zarrar Khan, portavoz de la policía de Mianwali.
El hombre, que había huido, fue detenido durante la madrugada del jueves tras una intensa búsqueda, según la policía de Punjab. Los ciudadanos de dicho lugar pidieron la máxima sanción para el criminal.
Este drama sucede un mes después de que una mujer embarazada se presentara en un hospital con un clavo insertado en la cabeza por un curandero que le había garantizado que así daría a luz a un niño.
La mujer había precisado que era madre de tres hijas y esperaba otra niña. En Pakistán, un país profundamente conservador y patriarcal donde las niñas y las mujeres se enfrentan a una violencia generalizada, tener un niño a menudo se ve como un buen augurio, ya que se cree que puede asegurar mejor el futuro financiero de sus padres que una niña.
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Vladimir Putin, con sus ideales imperialista, no le importa la muerte ni el sufrimiento de miles de inocentes. Incluso, hace uso días, los opositores rusos denunciaron que el régimen del presidente arrestó a varios niños en Moscú por protestar en la calle contra la invasión a Ucrania.
Lamentablemente, esta no es la única noticia triste que hemos recibido en la que comprometen a menores, pues se informó que Anastasia Stoluk, una niña de 10 años, fue asesinada por un grupo de soldados rusos que bebían alcohol.
La menor se encontraba refugiada en su vivienda, en la ciudad ucraniana de Shybene, cuando los soldados ebrios dispararon contra varias casas al azar porque estaban aburridos.
Los padres de la pequeña tuvieron que enterrarla en el patio trasero de su casa, ya que las tropas rusas le impidieron a su familia llevarla a un cementerio, contó un familiar de Nastya, como era conocida, al medio británico The Times.
También reveló que Anastasia recibió varios impactos de bala, que terminaron inmediatamente con su vida, y uno de sus tíos resultó herido y tuvo que ser trasladado de emergencia a un hospital.