Repsol no cumple con lo prometido. Hace ya 15 días, el presidente de la compañía en Perú, Jaime Fernández-Cuesta, anunció ante el Congreso que el pasado lunes 14 sería extraída la infraestructura submarina de carga y descarga de hidrocarburos (PLEM, por sus siglas en inglés), y entregada a los peritos para que determinen la causa de la fuga de crudo en el mar de Ventanilla.
El viernes (18) en conferencia de prensa, el gerente de Seguridad, Calidad y Medio Ambiente de la refinería La Pampilla, José Reyes, reconoció que el PLEM seguía en el mismo lugar donde se produjo el accidente.
"Queremos garantizar que el retiro del PLEM sea de manera segura y es en lo que estamos trabajando intensamente. Queremos cerciorarnos de que ningún remanente del producto (petróleo) esté en el interior de esta pieza y que al izarla no haya ningún tipo de afectación al entorno", aseguró Reyes.
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Lo que expresó el funcionario era algo completamente diferente a lo que Fernández-Cuesta había dicho a los parlamentarios de la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología.
“Esto nos está tomando tiempo en coordinaciones con expertos para definir la mejor estrategia y técnica para el izado (del PLEM). Estamos manteniendo coordinaciones con Osinergmin, con la Autoridad Portuaria Nacional y la Capitanía del Puerto del Callao”, argumentó el gerente de Seguridad de Repsol.
No obstante, antes de la extracción del PLEM, Repsol se adelantó sobre el origen del derrame del petróleo atribuyéndoselo a un “movimiento del buque” italiano Mare Doricum, lo que supuestamente produjo la ruptura de las mangueras del hidrocarburo. Incluso la empresa española adelantó que tomaría acciones legales contra la compañía propietaria de la embarcación, culpándola del gran desastre ecológico que ocasionó.
Esto se contradice. La Fiscalía Especializada en Medio Ambiente, el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) comunicaron que no es posible adelantar una conclusión sobre lo que produjo el derrame hasta que no se realice el peritaje al PLEM.
La infraestructura metálica se encuentra a 18 metros de profundidad, y para llevarlo a la superficie antes es necesario retirar el crudo remanente en las mangueras, que Repsol calculó en 2.200 barriles.
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La empresa española, dueña de la refinería La Pampilla, no ha dado una nueva fecha para el retiro del PLEM, mientras aún señala del vertimiento de petróleo al buque Mare Doricum.
En tanto, el presidente de Repsol en el país, Jaime Fernández-Cuesta, informó que había avanzado en un 79% el cronograma de limpieza del litoral, y que a fin de mes esperaba entregar todas las playas de fácil acceso completamente desprovistas de manchas de hidrocarburo. También comunicó que solo quedaba por retirar el 2% del volumen de petróleo crudo que se derramó en el medio ambiente el 15 de enero.
El alto funcionario reportó que había contratado a una empresa que hace un seguimiento de los trabajos de erradicación del crudo derramado. En esa línea, aseguró que al 15 de febrero se había recogido el 97,9% del hidrocarburo en mar y tierra, e indicó que no existirían residuos en el fondo del mar.
El informe usa una metodología que incluye análisis del tipo de producto derramado, las condiciones del mar local y comportamientos en otros derrames en el mundo, explicó.
"La limpieza del mar y el litoral ya presenta un 79% de avance. Esto no significa que terminada la etapa de limpieza nos vamos. El compromiso que tenemos con el litoral peruano y comunidades afectadas es de largo plazo. Tras la etapa de limpieza entraremos en los estudios medioambientales necesarios para realizar las labores de rehabilitación necesarias para dejar el ecosistema en su estado natural", argumentó el presidente de Repsol.
Durante la fase de rehabilitación se seguirrá con la evaluación de los impactos ambientales y sociales en las áreas afectadas por el derrame. En esta nueva etapa se reunirán muestras del suelo y el agua y sedimentos para compararlo con los estándares de calidad que exige el país.
Sobre la diferencia en las cifras de petróleo derramado reportado por Repsol (10.400 barriles) y el calculado por el Ministerio del Ambiente (11.900 barriles), Fernández-Cuesta expresó que su empresa ratifica la cifra que informó.