Argentina: niña inició con éxito su propio negocio, pero inexplicablemente se lo cerraron

Un inesperado hecho ocurrió en la ciudad de Misiones, Argentina. Una niña de nueve años emprendió un negocio y logró establecerlo exitosamente, sin embargo, se lo cerraron intempestivamente. ¿Qué pasó?

Carolina es el nombre de la estudiante que vio en la pandemia del COVID-19 una oportunidad de hacer su propia empresa. El quiosco de su colegio vendía no todos los productos que solicitaban los alumnos.

Fue entonces que esa disyuntiva de sus compañeros, de poder comprar a un dulce o snack durante el recreo de su gusto, fue captado por Carolina quien le comentó su idea a su padre Fredy.

"Tengo una distribuidora de alimentos y le armé una mochila en base a lo que los chicos querían. Le pedían galletitas, juguitos, snacks, y yo se lo daba. El tema es que en una semana aumentaron las ventas y ya no le entraba en esa mochila. Entonces tuvo que llevar un bolso", expresó el padre de Carolina a Todo Noticias.

"Le dije que en clase no podía hacer nada porque ahí tiene que prestar atención y estudiar. Ella vendía en los recreos. Lo hizo durante dos semanas", agregó.

Según siguió relatando Fredy, los profesores de Carolina descubrieron que su hija vendía dulces y snacks durante el recreo. Fue allí en que los docentes decidieron prohibir y cerrar el negocio de la menor.

Esta postura sorprendió a Fredy quien lamentó el hecho, ya que esta acción no lo consideraba malo, por el contrario, alimentaba el interés de la menor en desarrollarse en el ámbito financiero.

"Para nosotros es normal. Ella viene y le enseño teoría y práctica. Por ejemplo a hacer una nota de pedidos, un cheque. O le muestro los camiones, para que vea cuál es el más grande", comentó.

Tras conocerse el hecho, distintos usuarios de las redes sociales han criticado a Fredy de ciertamente explotar a su menor hija en la venta de estos productos. Según explicó, esto no es así.

“Hago las cosas como tienen que ser. Le daba la mercadería y le decía cuál era el monto que me tenía que devolver para saldar los productos. Pero no es lucrar, es simplemente que pueda aprender otras cosas más allá de la escuela. Es lo yo entiendo y le puedo enseñar”, subrayó.

Pese a estar en desacuerdo, aseguró que respeta la posición del colegio. "Dicen que hay un reglamento y no pueden salir de eso. Lo entiendo, aunque en el reglamento no dice que un alumno no puede vender productos en el colegio", comentó.

"Me indicaron que lo puede hacer pero sin dinero de verdad. Me pareció un chiste, los chicos llevan plata al colegio para comprar sus cosas. Aparte mi hija entiende, yo le doy 2000 pesos y ella va al supermercado, busca precios y a la tarde hace una torta riquísima", acotó.

Finalmente, reveló una sorpresiva indicación de su hija luego de ver que el negocio se interrumpió. "Dijo que va a poner un mantel afuera y que va a vender lo mismo pero en la puerta de la escuela".

La directora del colegio en donde estudia Carolina, Ingrid Marcuar, señaló que la acción de la menor no es mala, pero que en aras de salvaguardar la integridad de su institución decidieron prohibirlo.

"Si cada padre habilita a que su hijo venda acá adentro. ¿Qué va ser esto? ¿Una feria? Acá hay un kiosco saludable. Se renta el kiosco a una o dos personas, se les dice qué sí o qué no pueden vender. Y la recaudación es para comprar insumos para la escuela. Nosotros nos dedicamos estrictamente a lo pedagógico", concluyó.