El yoga será tu aliado con estas poses sexuales para conseguir el máximo placer

El yoga tiene muchos beneficios para nuestra salud, pero también para los momentos íntimos que pasamos en pareja.

La rutina es la peor enemiga de las relaciones sexuales, por ello te recomendamos que pruebes poses sexuales nuevas, entre las que no pueden faltar las del yoga. Pues, lograrás disfrutar mucho más de la intimidad.

Los beneficios para nuestro organismo son muchos, pero también para el erotismo. La sensación de placer cómplice entre la pareja no tiene nada que envidiar a las posiciones del conocido kamasutra así que, ¡inténtalo, no te arrepentirás!

Antes de comenzar con las poses sexuales, debes hacer algunos ejercicios de calentamiento. No creas que esto hará que la libido baje, será todo lo contrario. Recuerda que para que disfrutes más el cuerpo y la mente deben estar correctamente preparados.

- Pose del gato/vaca, simples pero eficaces. Se trata de poner las manos y las rodillas en el suelo.

Se trata de estirar la parte interior y exterior de la columna con movimientos de cabeza.

- La cobra, para ello colócate boca abajo con las piernas y pies juntos. Las manos a la altura de los hombros con los codos flexionados y la frente en el suelo. Se trata de levantar lentamente la cabeza y el tronco.

Una vez que ya has calentado, entonces pueden probar con estas poses sexuales para que alcancen juntos el máximo placer.

1. La postura del pájaro

El hombre debe acostarse boca arriba con las piernas paralelas. Deberá doblar las rodillas para que sus muslos estén perpendiculares al suelo.

La parte inferior de las piernas se eleva un ángulo de unos 45 grados desde el suelo. En este punto, los talones se colocan en la parte superior de los muslos de la mujer, de modo que los dedos toquen la parte baja del abdomen.

Entonces, el hombre debe sostener las manos de la mujer, doblar los brazos y las piernas mientras ella se inclina hacia adelante y lleva los pies hacia el suelo.

2. El loto

Ideal para aquellos que buscan una mezcla de dulzura y sensualidad. El hombre se sienta con las piernas cruzadas, ella se sienta encima de él, cara a cara y enreda la cintura con las piernas, colocando sus pies contra sus nalgas.

La pelvis de la mujer se moverá más o menos rápido, hasta que se alcanza el máximo placer. El hombre también puede ayudar a subir y bajar las rodillas. Juntos tendrán un orgasmo garantizado.