¿Quieres tener una piel radiante? Prueba estos alimentos ricos en betacarotenos

El sueño de muchas mujeres es tener una piel radiante, suave y saludable, por lo que recurrimos a diferentes productos cosméticos para lograrlo; sin embargo, no todo tiene que ver con las cremas que usemos, los alimentos también lo son.

El cuidado de nuestra piel también se ve reflejada por los hábitos alimenticios que seguimos, es por ello que para la epidermis se mantenga suave, tersa, luminosa, por supuesto, saludable, los alimentos ricos betacarotenos no pueden faltar en tu dieta.

Es así que, en el marco del cuidado de la piel, a continuación, te brindamos una pequeña lista de los alimentos que son ricos en betacarotenos que no pueden faltar en tu plan alimenticio, sobre todo en verano, señalados por el portal La Liga contra el Cáncer. ¡Atenta y toma nota!

Contiene betacarotenos y licopeno que, por su poder antioxidante, ayudan a prevenir el cáncer de piel. Puedes incluirlos en las ensaladas, comidas o jugos. Además, posee vitaminas A y C, que en combinación con los demás compuestos lo convierten en un potente antioxidante.

Posee mucha vitamina C y sus propiedades son beneficiosas para el sistema inmunitario. Contiene una cantidad apreciable de betacarotenos y vitamina E, que son anticancerígenos y los encontramos principalmente en el pimiento rojo.

Es un aliado para la prevención del cáncer de piel debido a que contiene betacarotenos, que ayudan a la protección contra los fuertes rayos del Sol.

Concentran la vitamina A, que contiene betacarotenos, compuestos que actúan como protectores de la piel.

Tienen una alta cantidad de carotenos. Pueden ser albaricoques secos, las frutas y hortalizas verdes, el brócoli, la espinaca, la lechuga, el perejil, la acelga, el pimiento, el mango, la papaya, el tomate seco, las semillas de girasol, el germen de trigo y las almendras.

Finalmente, es importante señalar que además de consumir estos alimentos la población, en general, debe aplicarse bloqueador solar con un factor no menor a 30 SPF cada dos horas, y evitar la exposición prolongada al sol, especialmente entre las 10:00 de la mañana y las 3 de la tarde.

Asimismo, consumir abundante agua, ya que con la exposición solar la piel se reseca y necesita rehidratarse.