¡Se apaga una leyenda! Muere Yoyo, la elefanta africana más longeva del mundo

El Zoo de Barcelona ha perdido a una de sus figuras más queridas y emblemáticas: Yoyo, la elefanta africana que ostentaba el récord de ser la más longeva de su especie en el mundo, ha fallecido a los 54 años. Su partida marca el cierre de un capítulo conmovedor en la historia del zoológico y pone fin a una vida marcada por la superación y la resiliencia.

Yoyo llegó a Barcelona en 2009 como parte de un programa de conservación internacional, en colaboración con las autoridades españolas. Su llegada representó un nuevo comienzo para ella, tras haber vivido años difíciles en un circo y en el antiguo complejo RioLeón Safari, donde sufrió lesiones físicas y traumas psicológicos debido a las condiciones a las que fue sometida.

Desde su llegada al Zoo de Barcelona, Yoyo comenzó un proceso de rehabilitación en el que los equipos veterinarios y de cuidado animal desempeñaron un papel crucial. Con el tiempo, la elefanta mostró una notable recuperación, tanto en su salud como en su bienestar emocional. Su evolución fue un testimonio de la dedicación de los profesionales del zoológico y de la fortaleza del propio animal.

A pesar de los esfuerzos por mantenerla sana en sus últimos años, el paso del tiempo cobró su precio. La salud de Yoyo se vio afectada por su avanzada edad, y aunque se hicieron todo tipo de tratamientos para mejorar su calidad de vida, finalmente, la elefanta partió dejando un profundo vacío.

En un emotivo mensaje en redes sociales, Antoni Alarcón, director del Zoo de Barcelona, expresó: “Yoyo fue mucho más que un animal para nosotros. Su carácter, su capacidad para cuidar de sus compañeras y su cariño hacia todos los que la rodeaban la hicieron un ser muy especial. La recordaremos siempre con afecto y gratitud”. Yoyo vivió rodeada de amor y respeto, y su legado perdurará en los corazones de quienes tuvieron la suerte de conocerla.

El zoológico ha anunciado que rendirá un homenaje a Yoyo, la elefanta que inspiró a generaciones de visitantes y que representó un símbolo de lucha y esperanza en la conservación de especies.