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Método ropa: la ciencia y el amor rompen esquemas en la maternidad

Cuando el amor maternal va más allá de la ciencia. Conoce más sobre este interesante tema. Únete al canal de Whatsapp de Wapa

    Método ropa: la ciencia y el amor rompen esquemas en la maternidad
    Cuando el amor maternal va más allá de la ciencia. Conoce más sobre este interesante tema.

    Ximena y Valeria son dos mujeres cuyo amor las llevó a querer formar una familia. Decidieron tener una hija con el método de reproducción asistida conocido como “ROPA” y hoy son felices. Ellas no quieren revelar su identidad porque en nuestro país las parejas homosexuales no pueden vivir libremente. Con razón, temen insultos, amenazas y agresiones de las que ya han sido víctimas otras familias homoparentales. Por eso, esta es una entrevista anónima y los nombres que usamos son ficticios.

    ¿Cómo empezó esta historia?

    Ximena: Como cualquier otra en la que dos personas que se aman quieren ser madres o padres.

    Valeria: Yo creo que una mujer no tiene que ser mamá para sentirse completa, pero en mi caso sí sentía la necesidad de tener una hija, quería experimentar ese sentimiento. Y es una maravilla poderlo hacer con mi pareja, sea del género que sea.

    ¿Cómo se les ocurrió recurrir al método ROPA?

    Ximena: Estuvimos evaluando alternativas y nos decidimos por ese método porque queríamos participar las dos en el proceso genético y de concepción.

    Valeria: Antes de seguir, quiero decir algo que es muy importante: que hayamos decidido usar este método no nos hace más ni menos madres que otras personas. Por ejemplo, existen parejas en las que solo una persona participa del proceso “biológico” y ambos son los padres o madres por igual. Yo creo que lo importante es la decisión de formar una familia y no quién es el progenitor.

    En algún momento nosotras ni siquiera sabíamos de quién sería el óvulo ni quién llevaría el embarazo. A medida que fuimos haciendo las pruebas médicas, identificamos que mis óvulos tenían mayor potencial de ser fecundados y que ella estaba apta para la gestación. Como la reproducción asistida es cara, teníamos que optar por lo más seguro. Si hubiera sido mejor hacerlo de otra manera, no hubiéramos tenido problema.

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    ¿Dónde se realiza el procedimiento?

    Valeria: Sabemos que se puede hacer tanto aquí como en el extranjero.

    ¿Y han tenido problemas, por ejemplo, con los colegios?

    Ximena: En los colegios ya hay mayor apertura. Hay muchos que se están capacitando con diversas ONG sobre cómo manejar la diversidad de forma adecuada y evitar, por ejemplo, la discriminación o el posible bullying.

    Valeria: Incluso, algunos colegios tienen un trato preferencial para familias no tradicionales, pues están interesados en promover la diversidad. Ahora bien, sabemos que unas amigas que tienen una familia similar a la nuestra fueron a un colegio en el que les dijeron abiertamente que no tenían las “herramientas” para poder recibir a su niño. Hay de todo.

    A veces sería más fácil presentarnos como mamás solteras, pero no lo vamos a hacer porque tenemos que reivindicar lo que somos. Adonde sea que vaya, hasta el taller de estimulación temprana, tengo que decir: “por si acaso, esta es mi hija y tiene dos mamás; si tienes algún problema con eso, pues no podemos continuar viniendo”.

    ¿Han sufrido algún tipo de discriminación?

    Valeria: Normalmente nos manejamos en un círculo en el que no hay discriminación, pero yo sí siento una presión encima. No quisiera fallar y que la gente crea que fallé por ser mamá lesbiana. O sea, todos los padres y madres nos equivocamos porque somos seres humanos; pero siento que en mi caso voy a tener las miradas puestas sobre mí, que puedo ser señalada con prejuicio. Tal vez sea solo una cosa mía, pero siento esa exigencia.

    Ximena: Bueno, los prejuicios funcionan también de otra manera. Por ejemplo, cuando nuestra hija logra algo y lo hace muy bien, nos dicen cosas como “ay, claro, si tiene dos mamás, cómo no va a hacer las cosas bien”. Porque está la idea de que la mamá es la que se encarga de los niños, y que, si nuestra hija tiene dos mamás, tiene también más probabilidades de hacer las cosas mejor. O sea, de cualquier forma, que lo veas, siempre habrá una manera de hacernos sentir que el hecho de ser lesbianas es determinante.

    ¿Y cómo se dividen las funciones de la casa?

    Ximena: No es que una asuma las funciones paternas y otra las maternas. Eso sería muy estereotipado. No tenemos por qué seguir el concepto típico de mamá: la mujer abnegada que se ocupa de la casa y se queda cuidando a los hijos. Nosotras nos hacemos cargo de nuestra hija, pero también tenemos una vida profesional, ambas chambeamos…

    Valeria: Ahora bien, recuerdo que cuando Ximena estaba embarazada me dijo un día que, para no confundir a nuestra hija, una de nosotras tenía que ser “mamá” y la otra “mami”. Obviamente yo me moría de ganas de ser “mami” y, por suerte, ella de ser “mamá”. Es decir, existe una diferencia que intuimos, pero no llegamos verbalizar. Siento que dentro de la relación yo soy la más chonguera y ella la más estructurada, la que pone el orden.

    ¿Qué es ser mamá para ustedes?

    Ximena: Es lo más bonito que me ha pasado en la vida y creo que es una responsabilidad supergrande. Ser mamá (o papá) es la decisión de criar un ser humano, de hacerse cargo de él para amarlo, para formarlo y para tratar de hacerlo una persona de bien en la sociedad. Más allá de los roles de género, tal vez la pregunta que debamos hacernos es “¿qué cosa significa criar y formar una familia?”.

    Y yo creo que todas las formas de ser familia son válidas. La de mamá o papá solteros, la de papás y mamás homosexuales o heterosexuales, las familias en las que crían la abuela o los tíos. En todos los casos hay al menos una persona que ha decidido hacerse cargo de otra, ayudarla a crecer y darle amor.

    ¿Cómo le piensan explicar a su hija que, a diferencia de otros, ella tiene dos mamás?

    Ximena: Bueno, hemos leído sobre el tema, seguimos bloggers de otros países que dan buenos consejos y compramos libros para ella en los que se trata este tema con naturalidad. De hecho, el problema no es de los niños. Ellos no tienen estereotipos. Si les dices que tal tiene dos mamás o dos papás, responden: “ah, ya” y se van. Quienes se hacen más rollos son los adultos. Algunos familiares nos han dicho “¿cómo le explico a su primo que ella tiene dos mamás?”. Yo les respondo: “solo diles que hay distintos tipos de familia”.

    Valeria: Al principio nosotras teníamos temor de contarlo, pero luego nos dimos cuenta de que el problema estaba más bien en nuestra cabeza. Creo que cuando los demás ven que nuestra niña crece feliz y con amor empiezan a cuestionarse. Justamente eso es lo sorprendente. Personas como mi abuela, que tiene 88 años y es supercatólica, ama a su bisnieta, la presenta con orgullo, y también quiere a mi pareja… Es decir, yo creo que hay esperanza, hasta en los sectores conservadores. Si la gente decide abrir su mente, el amor rompe los prejuicios. Aunque, bueno, también hay gente que uno podría considerar “progre” y se conflictúa con el tema. Hay de todo en todos lados.

    ¿Y han pensado tener más hijos o hijas?

    Ja, ja, ja. Aún no lo sabemos.

    ¿Qué es el método ROPA?

    Es un método de reproducción asistida que permite que dos mujeres participen del proceso biológico de gestación. Consiste en fecundar el óvulo de una de ellas (con semen de un donante y mediante fecundación in vitro) para luego introducirlo en el útero de la pareja, quien gestará el embarazo y dará a luz. Su nombre viene de la abreviación de “recepción de ovocitos de la pareja”.

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    Método ropa: la ciencia y el amor rompen esquemas en la maternidad

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