Juana Mendoza, una víctima más del machismo
Únete al canal de Whatsapp de WapaTal como en en el caso de Eyvi, el agresor de Juana Mendoza — y el de todas las víctimas de feminicidio — está convencido de que tiene el derecho de violentar un cuerpo que no le pertenece, valiéndose de argumentos que solo corresponden a una mentalidad aberrante, que es producto del machismo con el que fue criado.
Si bien es indiscutible que la peor parte se la llevan la víctima y sus familiares, el agresor resulta siendo también una víctima de su propio machismo y tendrá que pagar con encierro de por vida, o al menos eso esperamos.
Y si damos por descontado que la justicia hará su trabajo, solo habremos solucionado parte del problema. Pero no la más importante, porque el la raíz persiste y se trata del machismo que recorre nuestras venas. Ese machismo de los chistes o piropos que con sutileza o vulgaridad degradan a la mujer, ese de la crianza diferenciada por géneros, ese de la desigualdad de oportunidades en la educación, en el trabajo y muchos otros espacios.
Sabemos que el camino es largo, y mientras tanto gritaremos #NiUnaMenos, esperando que no haya ni un caso más.
Iniciemos el cambio, no demos espacio ni a la más mínima expresión de machismo y enseñemos a las nuevas generaciones a vivir en igualdad.
¡Fuerza Juana, estamos contigo!