Mujer rescata y adopta a un perro que arrastraba sus patas tras sufrir un accidente

Dicen que nuestro ‘ángel de la guarda’ siempre está con nosotros y se hacen presente en el momento indicado, así fue como le pasó a Mateo, un poodle que fue encontrado por Katherine Andrea mientras deambulaba por las calles arrastrando sus patas. Según cuenta la mujer en Facebook, el cachorro había sufrido un accidente y las consecuencias del gran susto inmovilizaron la parte inferior de su cuerpo.

En el mundo hay personas buenas y malas, y al indefenso animal le tocó lidiar con ambos. Primero tuvo que vivir con una familia que siempre estaba al pendiente de él, pero con el transcurrir del tiempo iban perdiendo interés hasta deshacerse por completo hasta dejarlo abandonado.

Sin embargo, el terrible momento que le tocó vivir fue cambiando poco a poco luego de encontrarse por obra del destino con Katherine, quien no soportó observar al animal caminar con gran dificultad y optó por llevárselo a casa para brindarle una nueva oportunidad.

La noble mujer se hizo cargo del perrito y lo primero que decidió hacer es llevarlo al veterinario para que sea examinado a detalle. Luego de hacerle una serie de exámenes, se confirmó que la mascota sufría una lesión en la columna debido a un fuerte impacto que recibió, llegando a la conclusión de que había sido atropellado.

Según narra en su perfil de Facebook, Mateo tuvo que ser operado y luego recibir rehabilitación para que, lentamente, recupera la movilidad de sus patas traseras y pueda volver a llevar una vida normal.

“Mateo, gracias a Dios por cruzarlo en nuestro camino”, escribió Katherine en su cuenta de Tik-Tok, que luego fue compartida en sus otras redes sociales para dar a conocer que, así como el poodle que encontró, hay cientos de animales en las calles que necesitan un hogar y una familia.

“Su salud mejorará de a pocos”, fue el mensaje que recibió la mamá humana de la mascota luego de mostrar en Facebook la nueva vida del pequeño Mateo, quien, por el momento, se encuentra usando pañal y está casi siempre en los brazos de su dueña para evitar forzar sus patas traseras.