Agua Marina toma dolorosa decisión tras fallecimiento de Teófilo Quiroga Rumiche, fundador de la agrupación

El mundo de la cumbia peruana está de luto tras el sensible fallecimiento de Teófilo Quiroga Rumiche, patriarca y arquitecto silencioso detrás del éxito de Agua Marina. En honor a su memoria, la famosa agrupación ha tomado una difícil decisión que impacta el futuro próximo de la orquesta con sus presentaciones, evidenciando el profundo impacto familiar y artístico de su partida.

Don Teófilo Quiroga Rumiche, el hombre que forjó los cimientos de Agua Marina, falleció el pasado 19 de julio en una clínica de Sechura, Piura, a causa de un paro cardíaco. La noticia fue confirmada desde su ciudad natal, donde era ampliamente querido no solo como fundador de la emblemática orquesta, sino también como pilar de la familia Quiroga Querevalú.

Tras conocerse su deceso, José Quiroga y sus hermanos tomaron la decisión de suspender sus presentaciones musicales para despedir a su padre como se merece: con respeto, amor y gratitud por toda una vida dedicada a impulsar el sueño artístico de su familia.

Hoy, su ausencia conmueve profundamente al mundo de la música y a miles de seguidores. No obstante, su legado permanece vivo en cada presentación, en cada canción que lleva el sello de Agua Marina, y en el corazón de quienes crecieron con su inconfundible sonido.

Agua Marina tenía previsto ofrecer un show especial este domingo 20 en la discoteca Bilova, ubicada en la ciudad de Chimbote. Sin embargo, tras el reciente fallecimiento de su fundador, todo indica que la presentación sería cancelada debido al luto que atraviesa la familia Quiroga. Hasta el momento, la agrupación no ha emitido un comunicado oficial al respecto.

Fue en 1976, en la calurosa Sechura, donde los hermanos José y Manuel Quiroga Querevalú decidieron transformar su amor por la música en un proyecto con nombre propio: Agua Marina. Lo que comenzó como una ilusión familiar pronto se convertiría en una de las orquestas más queridas del país.

Manuel fue el primero en adentrarse en los escenarios, formando parte de una agrupación escolar llamada Sangre Joven. Sin embargo, fue al lado de su hermano José que el sueño tomó forma y trascendió los límites del pueblo.

La familia, entonces dedicada a la pesca, vio cómo la música comenzaba a abrirles otro camino cuando ambos debutaron cantando en el aniversario de la comisaría local. Aquel día marcó el inicio de una historia que no dejaría de crecer.

Gracias al esfuerzo colectivo y al respaldo constante de su padre, Agua Marina se consolidó como un ícono de la cumbia peruana, regalando clásicos como “Paloma ajena”, “Cómo haré para olvidarte” y “Pasitos para bailar”, verdaderos himnos que siguen sonando en el corazón del pueblo.