Una dosis diaria de bicarbonato de sodio, usada ya sea para cocinar, limpieza de indigestión, quemaduras, entre otros usos, disminuye la función del riñón en algunos pacientes con enfermedad de riñón crónica avanzada (CKD), así lo demuestra una investigación de la sociedad americana de la nefrología (JASN).
"Esta estrategia barata y simple también perfecciona el estado alimenticio de los pacientes, y tiene el potencial de traducir en económico importante, calidad de vida, y las ventajas clínicas del resultado", señala Magdi Yaqoob, doctor en Medicina (hospital real de Londres).
Para este estudio participaron 134 pacientes con la CKD avanzada y los niveles inferiores del bicarbonato, también llamados acidosis metabólica. Un grupo recibió una pequeña dosis diaria de bicarbonato de sodio en forma de la tablilla, además de su cuidado usual.
Para este equipo, el índice de disminución en la función del riñón estaba grandemente reducido-sobre dos tercios más lentos que en pacientes. "De hecho, en los pacientes que tomaban el bicarbonato de sodio, el índice de disminución en la función del riñón era similar a la disminución relativa a la edad normal", explica Yaqoob.
Mientras tanto la progresión rápida de la enfermedad de riñón ocurrió en el apenas 9 % de pacientes que tomaban el bicarbonato de sodio, comparado al 45 % del otro grupo. Los tratantes que tomaban el bicarbonato de sodio eran también menos probables desarrollar la enfermedad renal de la fase final (ESRD) que requería diálisis.
Los pacientes que tomaban el bicarbonato de sodio también tenían mejoría en varias dimensiones de nutrición. Aunque subieran sus niveles del sodio, éste no llevó a ninguna complicación con la presión arterial.
"Este es el estudio controlado primero seleccionado al azar de su clase. Un remedio simple tiene gusto del bicarbonato de sodio (el bicarbonato de sosa), cuando está utilizado apropiadamente, puede ser muy efectivo", dice Yaqoob. "Nuestros resultados necesitarán la validación en un estudio multicentro", acotó.
Los riñones eliminan los desechos y el exceso de agua de la sangre (como orina) y ayudan a mantener equilibradas las sustancias químicas (como el sodio, el potasio y el calcio) en el cuerpo. Además, producen hormonas que ayudan a controlar la presión arterial y estimulan la médula ósea para que produzca glóbulos rojos.
La insuficiencia renal aguda ocurre cuando los riñones pierden de repente la capacidad de filtrar los desechos de la sangre. Cuando los riñones pierden la capacidad de filtración, pueden acumularse niveles nocivos de deshechos, y puede desequilibrarse la composición química de la sangre.
Entre los signos y síntomas de la insuficiencia renal aguda se incluyen los siguientes:
-Disminución del volumen de orina excretado (diuresis), aunque a veces se mantiene estable
-Retención de líquido, que causa hinchazón en las piernas, los tobillos o los pies
-Falta de aire
-Fatiga
-Desorientación
-Náuseas
-Debilidad
-Ritmo cardíaco irregular
-Dolor u opresión en el pecho
-Convulsiones o coma en casos severos