En verano y a lo largo del año, es cuando más nos exponemos a los rayos ultravioleta del sol, causantes de males como el cáncer de piel especialmente cuando no hay una protección adecuada.
Martín Falla, oncólogo especializado en piel de Oncosalud, explica que esta patología es una de las más comunes del país y se divide en dos grandes grupos: no melanoma y melanoma.
“El no melanoma afecta, principalmente, a personas de piel blanca a partir de los 40 años que han estado expuestas a los rayos solares durante mucho tiempo. Por su parte, el melanoma es un cáncer mucho más agresivo que puede ser mortal si no se detecta a tiempo. A este cáncer se le puede identificar por la presencia de lunares que son asimétricos, con bordes irregulares, de color sospechoso y no cuentan con un diámetro marcado”, afirmó el especialista en piel.
El tratamiento para estos dos tipos de cáncer de piel varía según el caso. Por lo general, el no melanoma requiere una intervención quirúrgica o quimioterapia tópica.
Por su lado, el melanoma tiene altas probabilidades de ocasionar metástasis por lo que lo ideal es someterse a una cirugía y/o radioterapia. Alto riesgo incluso en el trabajo.
El especialista indicó que hay que tener cuidado con la exposición ante el sol inclusive en el trabajo porque la radiación se acumula en tu piel y te marca de por vida. Por eso, los efectos negativos se pueden apreciar en la piel a partir de los 40 años.
“Se encuentran en especial peligro aquellos que trabajan en las calles como policías, taxistas, personal de seguridad, ambulantes, entre otros, debido a que están expuestos a recibir alta radiación en la piel. Asimismo, los bomberos por estar en contacto directo con el fuego”.
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Finalmente, el experto recomendó acudir a un oncólogo especializado en piel si se detecta un lunar sospechoso o una lesión rojiza que no desaparece tras seis semanas. Recuerda que la buena salud va de la mano de la prevención.