Si bien la mayoría asociamos la Navidad con sensaciones de paz y felicidad, para quienes sufren de depresión esta fecha es sinónimo de tristeza y soledad. Encontrarse lejos de la familia, haber perdido a algún ser querido o enfrentar alguna urgencia suelen ser las principales causas de esta inestabilidad emocional.
Se calcula que más de 3 millones de peruanos sufren de depresión y que en unas cuantas décadas esta será una de los primeros motivos de incapacidad laboral. Para superar estas emociones y pasar unas buenas fiestas, Rafael del Busto, psicólogo de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS), mencionar algunas recomendaciones. ¡Atenta y toma nota!
- Lo ideal es analizar bien nuestros pensamientos y modificarlos por otros más positivos y realistas. No todo el mundo tiene que estar feliz en Navidad y los problemas no desaparecen solos, pero sí podemos disfrutar de buenos momentos.
- Si un ser querido falleció hace poco tiempo o por estas fechas, lo recomendable es dedicarse a actividades no asociadas a él o en todo caso recordarlo junto al resto de la familia contando anécdotas vividas junto a él.
- También sirve mucho buscar actividades de ocio personal como salir a pasear, hacer ejercicio físico, ir al cine, teatro o actividades a solas donde no haya grupos para liberar tensiones fuera de casa y replantear - esas ideas que tanto agobian.
- De tener pensamientos muy negativos, es mejor compartirlos con alguien cercano que ayude a encontrar alguna parte positiva, capaz de reorientar ese enfoque.
- Si existe en casa algún familiar con ‘depresión navideña’, lo ideal es agradecerle de antemano su esfuerzo y decirles con empatía que la familia es consciente de su problema, y que su sola presencia es valiosa para todos.
- Para una persona con depresión no hay nada peor que los ánimos explícitos como: "ya se te pasará" o "tranquilo". Estas palabras suelen afectarles mucho, por eso lo mejor es evitarlas y hablarles de cosas genéricas.
- Controlar sus hábitos alimenticios e higiene son factores esenciales para quienes sufren de depresión. Es recomendable evitar con ellos temas polémicos como política o religión y que sean el centro de atención de las reuniones, y no preguntarles nunca sobre su estado de ánimo ni qué pastillas están tomando.