En la actualidad vivimos en una sociedad que le rinde culto al cuerpo, sobre todo al femenino, y en la que los cánones de belleza exigen, por un lado, una figura delgada o atlética y, por el otro, un físico curvilíneo y exuberante.
Debido a que la mayoría de las mujeres no cumplimos con el modelo de belleza o atractivo sexual que los medios de comunicación publicitan a diario, es usual que muchas piensen que deben recurrir a arduas rutinas de ejercicios y a estrictas dietas para lograr el cuerpo que desean y gracias al cual serán deseadas.
Sin embargo, la situación se agrava si la persona sufre de dismorfia corporal, un trastorno mental que altera la percepción que tienes de tu propio cuerpo y que puede desembocar en anorexia o bulimia.
La dismorfia corporal, también conocida como dismorfofobia, es un trastorno mental que afecta la manera cómo percibes tu propio cuerpo. Puede tratarse de la fijación obsesiva en algún defecto real o imaginario, que es sobredimensionado, ya que los demás lo ven como un rasgo menor o imperceptible. Pero también puede ser que exista una percepción errónea de la imagen física, a tal punto que una persona se vea gorda ante el espejo cuando en realidad es delgada.
Debido a que la apariencia es el interés central, una de las manifestaciones más comunes de la dismorfia corporal es mirarse constantemente en el espejo en busca de ese defecto que nos atormenta o, por el contrario, evitar cualquier acercamiento al espejo para no ver dicho defecto.
Si bien afecta también a hombres, la mayoría de personas que sufren de este trastorno son mujeres. Aunque a primera vista parezca algo sin importancia, la dismorfia corporal puede afectar gravemente la calidad de vida de quienes la sufren: desde la presencia de cuadros depresivos o actitudes de fobia social hasta ideas suicidas.
Por último, es importante señalar que la dismorfia corporal está relacionada con otros dos trastornos de la conducta alimentaria como son la anorexia (estados de inanición) y la bulimia (consumo excesivo de comida que luego se elimina a través de vómitos provocados), debido a que las personas anoréxicas o bulímicas suelen sufrir también de dismorfia corporal.
Para reconocer a alguien que sufre dismorfia corporal debemos observar alguno de los siguientes síntomas:
- Preocuparse de manera excesiva en un defecto físico que los demás no suelen percibir o que ven como algo insignificante.
- Permanecer mucho tiempo delante del espejo para observar ese defecto físico o evitar el espejo para no ver dicho defecto.
- Pensar que ese defecto físico lo convierte en una persona desagradable o deforme.
- Intentar ocultar ese defecto a través del peinado, el maquillaje o la ropa.
- Realizar diversos procedimientos de cirugía estética y no sentirse nunca satisfecha con el resultado.
- Preocuparse tanto por la apariencia hasta tal punto que esto genera depresión, fobia social e ideas suicidas.