Nazia Loayza creció en el VRAEM y tuvo que enfrentar muchas dificultades, entre ellas, no poder acceder a agua limpia procedente del río. Cuando tuvo qué decidir qué estudiar, optó dedicarse a la Ingeniería Química para poder transformar esta situación y mejorar la calidad de vida de cientos de miles de personas que aún hoy no tienen acceso a agua de estándares aceptables.
Hoy, Nazia ya es bachiller en Ingeniería por la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga y ha desarrollado un prototipo que permitirá purificar el agua turbia y contaminada del VRAEM. No solo ha roto muchos estereotipos vinculados a las mujeres que estudian la carrera de Ingeniería sino que con su trabajo está camino a hacer realidad uno de sus más grandes sueños: que los niños de su región (y de otras) puedan tomar agua potable.
¿En qué consiste tu proyecto de purificación del agua?
Con este prototipo busco tratar el agua que contiene altos puntos de turbiedad y potabilizarla. Esto puede tener un impacto directo en la disminución de enfermedades y afecciones como los cólicos estomacales y la gastritis, e incluso la anemia y la desnutrición.
¿Cuál fue la realidad que te llevó a hacer este proyecto?
En las zonas rurales las personas consumen un agua de muy mala calidad. Específicamente en la zona del VRAEM, de donde soy yo, esto es demasiado visible.
Estamos obligados a consumir agua que tiene altos puntos de turbiedad y que es desagradable. Por muchos años yo misma viví la problemática y he podido apreciar que en muchas otros poblados sucede lo mismo.
¿Qué te llevó a elegir la carrera?
Siempre tuve el deseo de hacer algo por mi lugar de origen. Para mí la Ingeniería es imaginar, transformar, solucionar… La Ingeniería Química específicamente es transformar la materia química en productos que puedan satisfacer las necesidades de las personas. En este caso nuestra materia prima es el agua mala y la vamos a transformar en agua de muy buena calidad. Me gusta la idea de poder hacer algo por los demás con mi trabajo.
¿Tu familia te apoyó?
Entrar en en el mundo de la Ciencia, en la Ingeniería, es muchas veces difícil si eres mujer. Gracias a Dios, mi familia me apoyó bastante. Cuando ingresé a la universidad éramos como cinco mujeres y todos los demás eran varones. Las mujeres éramos pocas, muy pocas, no podíamos ni siquiera lograr un equipo de Futsal… En estos años las cosas han mejorado para las mujeres pero todavía encuentras personas que te dicen cosas como que “no vas a encontrar trabajo de ingeniera siendo mujer”. Pero mis papás me apoyaron bastante en eso así que lo logré.
¿Es difícil ser mujer y dedicarse a la ingeniería?
A veces las personas piensan que una por ser mujer no va a poder lograr lo que un hombre puede lograr. Si estás estudiando ingeniería te dicen: “¿por qué vas por esa carrera?”, “es muy difícil!, no la vas a terminar” o “se va a truncar tu proyecto”. Muchas personas me recomendaban que estudie carreras tradicionalmente asociadas a mujeres, como enfermería o educación.
Y, bueno, también te dicen cosas como que las mujeres no tienen fuerza o que si eres mujer no te puedes ir a trabajar muy lejos porque vas a tener hijos que debes cuidar. Eso por no mencionar supersticiones como que las mujeres no pueden entrar a las minas porque traen “mala suerte”. Afortunadamente cada vez sucede menos.
Desde mi experiencia puedo decir que en la Universidad tuve mucho apoyo de mis profesores en especial del profesor Cipriano Mendoza. No sentí una limitación por ser mujer. Aprendí a cortar, amolar, taladrar, etc. Y sentí todo el respaldo de los ingenieros del taller. Lo único que no logré aprender fue a soldar… me sentí muy cómoda armando el equipo del purificador.
Pero en las zonas alejadas la posición de la mujer aún es difícil. Muchas todavía temen dar su opinión delante de sus maridos… Eso debe cambiar.
¿Te has sentido discriminada alguna vez por ser mujer?
Recuerdo que cuando el proyecto recién estaba tomando forma, un profesor me vio trabajando junto a mi compañero Álvaro (con quien desarrollamos el prototipo). Cuando nos tocó presentar los avances ese profesor me dijo “¿Por qué lo vas a presentar tú? Deja que la otra persona lo haga”. Yo me sentí “bajoneada”, triste, pero a la vez motivada para demostrar que sí podía.
¿Y ahora qué te dice ese profesor?
Me ve y se ríe, y yo también me río, nos reímos juntos. Creo que ya lo superó.
¿Cómo te imaginas el VRAEM en el futuro?
Me imagino el Vraem con sus niños sanos, libres de desnutrición y anemia, tomando agua de buena calidad, no infectada por los microorganismos que los están enfermando.
Y me lo imagino también sin corrupción, porque no es solo que falte desarrollar la tecnología, la corrupción ha tenido un impacto muy negativo en esa zona. Se han construido plantas de tratamiento de agua que están paralizadas y nunca han funcionado. Da mucha impotencia, indigna bastante. Eso también debe cambiar.