Cuando hablamos del cabello siempre queremos más. Más brillo, más corto, más liso, más rubio…eso sí, menos esponjoso. Para ello, probamos todos los tratamientos y métodos posibles que van desde la keratina hasta cortarse el pelo en luna creciente, pasando por la decoloración y lavando el cabello en vinagre.
Para saber qué tan eficaces o no son estas maneras de cuidar nuestro cabello, Vogue se comunicó con el estilista experto Luis Pérez. Aquí te traemos sus respuestas:
“El crecimiento del cabello depende del bulbo o matriz y del riego sanguíneo que este recibe. Las puntas saneadas hacen que el aspecto del cabello mejore -sobre todo si estas estaban dañadas- y que el corte tenga un acabado más preciso y sano, pero no condiciona en absoluto el largo”.
El experto recomienda escoger el champú según la necesidad del cabello. Para verano, por ejemplo, es recomendable usar uno con protección solar. Por otro lado, si usas un champú reparador y ves que tu pelo mejora, es momento de cambiar a otro hidratante.
“En condiciones normales, lo ideal es lavarse el pelo entre dos o tres veces por semana. El manto ácido, la capa protectora de la piel, tarda entre 24 y 48 horas en restaurarse y, a partir de ahí, comienza a ensuciarse (aunque el exceso de grasa o el sudor puede alterar este patrón). En general, lavar con más frecuencia equivaldría a limpiar sin necesidad” afirma Pérez.
Según Pérez, el vinagre es agresivo para el cabello por ser excesivamente ácido, lo que facilita el cierre de la cutícula y puede hacer que el cabello brille algo más, pero es un truco temporal y no tiene un uso habitual recomendado.
“Aunque es cierto que el cabello se deshidrata, si se hace correctamente, la transformación del cabello puede tener un impacto mucho menor. Eso sí, es necesario tratarlo bien posteriormente con selladores del cabello y neutralizadores del efecto de la coloración”.
“No existe ningún estudio que avale esta teoría” dice el estilista. Así que no es necesidad que esperes esta fase de la luna para cortarte el cabello.