La relación entre perros y humanos se ha ido incrementando desde hace muchísimos años, sin embargo, existen personas que no reconocen la importancia de los canes, y lejos de protegerlos, suelen ser cómplices de las estadísticas sobre el maltrato animal.
La siguiente historia involucra a una abuela de 86 años y una pequeña perra de nombre Lili. La dulce can, de forma voluntaria, asumió el papel de cuidadora, asegurándose de que su gran madre, quien usa silla de ruedas, nunca tenga problemas al moverse por la casa.
Ana Clara Simoes, la nieta que difundió las imágenes, y su familia están felices de ayudar a la abuela a pasar sus días llenos de alegría, a pesar de su falta de movilidad física.
Los miembros del hogar se dieron con la grata sorpresa de que Lili había aprendido a facilitarle las cosas a la matriarca. Cada vez que su gran mamá llegaba a casa en las silla de ruedas, la pequeña perra retiraba las alfombras para liberar su tránsito.
"Lili aprendió a hacer esto sola. Todos estábamos muy sorprendidos y la admiramos por eso", narró la joven.
"Al principio prensamos que era coincidencia. Pero nos dimos cuenta de que solo ocurría cuando mi abuela iba a pasear. Es un acto de cuidado", acotó.
Por el momento, la perra no ha descubierto cómo retornar las alfombras a su lugar de origen; sin embargo, su comportamiento a inspirado a otro can, de la abuela, a replicar la misma acción.
De acuerdo con Simoes, la abuela nunca tuvo complicaciones para trasladarse en silla de ruedas por las alfombras mientras estaban ellos. Con la nueva actitud de la pequeña Lili, la matriarca se ha mostrado más que feliz y agradecida con la peluda.
"Ciertamente te hace muy feliz. Lili es una gran compañía. A mi abuela le está yendo bien. Estoy muy feliz de saber que tiene a Lili allí", expresó la nieta.