Los gatos kohana se caracterizan por la ausencia del folículo piloso a consecuencia de una mutación genética.
A diferencia de otros felinos clasificados como ‘sin pelo’, este es diferente pues no tiene cómo producirlo.
Como resultado se obtiene una piel de aspecto gomoso y arrugado.
La existencia de esta especie de gatos kohana se documentó durante el 2012 a pesar de la presencia de teorías no tan concisas sobre su origen
También se le atribuye su existencia al cruce de un gato donskoy sphynx con un shynx canadiense, ambos sin pelo o a la mutación natural de éste último.
Al final se concluyó, tras los resultados de ADN que el gato kohana tiene la misma mutación que el shynx, pero con otros genes.
Con una constitución ancha y musculosa que por su ausencia de pelo puede apreciarse en numerosos pliegues o arrugas corporales.
Pesa alrededor de 3 a 6 kilogramos, sus patas traseras son más largas que las delanteras y por esto tiene un peculiar movimiento al caminar.
La tonalidad de los gatos kohana es crema o rosácea por su piel desnuda. Sin embargo, también han sido observados kohanas de color blanco y negro.
Esta raza de gatos es muy enérgicos, inteligentes y cariñosos por lo que demandará mucha atención de parte de sus dueños.
Debe asegurarse un buen cuidado de los ojos, pues es su parte más expuesta al no contar con pestañas.
Esto puede ser causa de infecciones como la conjuntivitis. Para evitarla, se deben usar gasas con suero fisiológico y retirar cualquier legaña o suciedad acumulada en la zona ocular.
Esta especie es una buena opción y compañía para personas alérgicas al pelo de los felinos que quieren tener una mascota.
También, al no contar con pelo se evitarán problemas usuales en los gatos como tragar bolas de pelo al lamerse. Además quien cuente con este felino se ahorrará el cepillado.
Aunque luzca algo delicado, los gatos kohana pueden llegar a vivir hasta los 17 años, si se les da los cuidados necesarios como una buena higiene, alimentos ideales para gatos y el afecto necesario.