Los perros radiactivos viven dentro de un perímetro que está excluido para las personas, ellos son descendientes de las mascotas que habitantes de Chernóbil tenían antes de la explosión de la central nuclear. Los vecinos de esa ciudad abandonaron a sus canes pensando en que regresarían luego para continuar sus vidas, pero quedaron solos en el lugar.
A pesar de un operativo para exterminar los animales infectados por la radiación, varios perros se salvaron cuyos descendientes aún viven en los alrededores de la vieja planta. Existen varios letreros que indican ¡Cuidado, no tocar! Para salvaguardar las vidas de los turistas que llegan a conocer la ciudad.
Según la revista Travel + Leisure, esto se debe a que algunos perros pueden llevar articulas radioactivas en su pelaje, además de rabia, y otras enfermedades peligrosas para las personas. Lo bueno que no todo son malas noticias, te alegrará saber que una minoría de canes están siendo adoptados por familias en Estados Unidos.
La situación de los animalitos se dio a conocer dos años atrás, cuando el famoso Drew Scanlon visitó la zona para filmar el documental Cachorros de Chernobyl registrando la penosa situación de las mascotas.
Wapa, si algún momento viajas a Ucrania, recuerda que hay lugares con niveles de radiación baja y sin peligro que podrás conocer de cerca a estos tiernos perros.