Cuenta Fátima Foronda que siempre que pasaba por el Hospital Larco Herrera veía las paredes y soñaba con pintarlas. “Me parecían perfectas para murales”, relató a la Agencia de Noticias Andina.
Hace un par de años, la psiquiatra Lucía Salas la contactó para que pintara una parte del pabellón 4. Y lo que comenzó como un proyecto para decorar unos 30 metros cuadrados se expandió por más espacios.
Foronda, líder de la fundación Pasito a Paso, contó que fue una experiencia diferente la que emprendió en el Larco Herrera. Refirió que con su institución ha pintado murales en colegios de zonas rurales de los Andes. Sin embargo, entrar al pabellón 4 fue distinto.
Poco a poco, se ganó la confianza de los pacientes y se acostumbró a su comportamiento.
Su primer mural tuvo un efecto terapéutico. Refirió que los internos ensuciaban esa pared, pero desde que la vieron pintada cambiaron.
La artista apuntó que incluso le ayudaban ocasionalmente con la pintura. El éxito de ese primer paso hizo que se le encargara continuar con las demás paredes del pabellón.
El resto de murales fue pensado para que los pacientes participaran con algunos brochazos. Algunos incluso dibujaron.
La etapa en ese pabellón ya concluyó. Ahora espera otro desafío: continuar con los demás pabellones. El siguiente paso será, cuenta, el número 5, donde se encuentran las mujeres.
Foronda siguió algunas recomendaciones de los especialistas. Por ejemplo, no dibujar figuras humanas ni mandalas, y evitar el color rojo.
Para noviembre se alista una exposición con trabajos de los pacientes. En esta iniciativa apoyará Elliot Tupac.
850 metros cuadrados de paredes se pintaron en el Hospital Larco Herrera.
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Fuente: Andina