Uno de los postres que puedes preparar por Semana Santa, es esta receta dulce y tradicional que tiene su origen e historia en la región de Andalucía. Provenientes de las culturas antiguas que un día llegaron a la península.
Este postre típico ha pasado de generación en generación hasta dar lugar a un platillo imprescindible en cualquier mesa de celebración durante las fechas de jueves y viernes santo.
Ha sido tan relacionado con las festividades religiosas y tradicionales que su presencia también se encentra en épocas navideñas como uno o los aperitivos dulces infaltables de la cena de Navidad.
Toma nota de esta receta y aprende como hacerla para sorprender a tus invitados o cercanos en estas fechas.
- 200 gr de aceite de oliva
- 1 vaso de vino blanco
- Canela en rama
- Cáscara de limón
- Sal
- 750 gr de harina
- Aceite de oliva
- Azúcar
1. Pon un vaso de aceite en la sartén con la rama de canela y la piel de limón. A la hora de pelar el limón evita que quede mucho blanco en la piel porque suele dar un sabor amargo a los platos que no es muy agradable.
2. Fríe suavemente evitando que se queme el aceite. Simplemente calienta y deja que los ingredientes infusionen bien entre ellos. Retira la canela y la piel del limón. Cuando el aceite este frío colócalo en un bowl.
3. A ese bowl, pon el vaso de vino, la sal y mezcla poco a poco la harina. Siempre es mejor que la harina esté tamizada, así evitará que salgan grumos y logrará que nos quede una pasta mucho más suave.
4. Cuando llegue ese punto que no puedas mezclar los ingredientes con la espátula lo hazlo con las manos. Es momento de amasar bien todos los elementos. Amasar siempre es algo que puedes hacer toda la familia, es un poco laborioso, pero muy entretenido.
5. La masa que debe quedar es suave y ligera. Nada se pega en las manos por la gran cantidad de aceite que lleva. Es bastante fácil de trabajar y además, si caes en la tentación de probarla notarás un sabor característico de estas fiestas.
6. Corta la masa en bolitas y aplástala. Si no tienes rodillo, puedes hacerlo con una botella de vidrio. Deben quedar redondas y finas, para que, finalmente, con el dedo le demos la forma de pestiño tradicional. Une los dos laterales con el agujero central típico de este dulce.
7. Fríe los pestiños con abundante aceite de girasol o de oliva suave. Cuando estén listos, dorados por los dos lados, coloca sobre papel absorbente para que eliminen el exceso de aceite.
8. El paso final es el más dulce de todos, añadir el azúcar. Los puedes rebozar bien y para probarlos nada mejor que estén acompañados de una rica taza de chocolate ¡Sabrán delicioso!
No te quedes sin hacer esta deliciosa receta de dulce tradicional por Semana Santa.
Es tan práctico y sencillo como para disfrutar hacerlo en grupo, en compañía de niños, amigos, pareja o para disfrutar de tus propias habilidades en la repostería.