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11 Abr 2022 | 19:30 h

Mauricio Diez Canseco no invitó a su hija Camila a su boda con joven cubana, Lisandra Lizama | VIDEO

Pese a ello, Camila Diez Canseco le deseó toda la felicidad a su padre Mauricio y su nueva esposa, a quien no conoce.

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    Mauricio Diez Canseco no invitó a su hija, Camila Diez Canseco, a su boda en Cuba.

    Camila Diez Canseco, hija del dueño de la cadena de restaurantes “Rústica”, Mauricio Diez Canseco, sorprendió a los conductores de “En boca de todos” y el público en general al confesar que no fue invitada a la boda de su padre con la joven cubana Lisandra Lizama quien tiene 26 años de edad, pese a que ella mantiene una relación bastante cercana con él.

    Como se recuerda, hace tan solo algunos días fue su padre, Mauricio Diez Canseco, quien reveló a los medios que se casaría con la artista a la que conoció hace unos cuantos meses, asombrando la premura de la boda y la diferencia de edad. Aunque para su hija eso no era ningún problema.

    Pero, sin duda, lo que causó mayor sorpresa a los conductores es que el dueño de Rústica no habría invitado a su hija Camila para que asista a su boda, aunque de todas formas ella les deseo lo mejor. “Mis papás son las personas que más adoro, y que ellos sean felices es lo que me da felicidad a mí también” manifestó.

    “Conozco el motivo (de la felicidad), pero no la persona. Yo estaba tranquila y de pronto recibo un WhatsApp con el parte de la boda que decía: ‘hijita me voy a casar, solo se vive una vez’ y ahí me contó la historia... No me invitaron a la boda de mi papá”, fue lo que dijo Camila.

    Mauricio Diez Canseco se casó en La Habana

    Al parecer todo ha sido de un momento a otro que la hija de Mauricio también se enteró a último momento de la boda de su padre, quien contrajo nupcias el sábado 10 de abril en La Habana, Cuba, país de donde es natal Lisandra.

    Fue a través de Instagram que se han dado a conocer imágenes del emotivo momento frente al mar cubano y en donde la nueva pareja de esposos aparecen muy felices. El novio vistió un traje blanco y negro, mientras que la novia tuvo un vestido de novia blanco con aplicaciones de flores y una larga cola de tul.

    Lisandra fue llevada del brazo por su madre y la decoración del local también tuvo una temático floral. El ambiente contó con un pequeño muele en donde los recién casados se dijeron el tan esperado: “sí, acepto”.