Un preso identificado como Jonathan, quien fue sentenciado en el año 2009 a cadena perpetua, asesinó a dos hombres que llegaron a su celda tras enterarse que ellos habían sido acusados de pedofilia.
El reo pidió a las autoridades que les cambien a los compañeros de celda porque iba a atentar contra ellos, pero las autoridades hicieron caso omiso a sus requerimientos.
Jonathan, inicialmente, fue dirigido a una prisión de nivel tres (debido a la magnitud de su sentencia) donde no tenía ningún contacto con otro preso.
Sin embargo, su buena conducta generó que sea trasladado a una prisión de nivel dos en donde ya podía compartir celda contra otros convictos.
Fue allí que Jonathan conoció a David Bobb y Graham de Luis-Conti. Tras entrar en diálogo con ellos, se enteró que ellos habían abusado sexualmente a menores, algo que le disgustó.
Para evitar que la situación pase a mayores, Jonathan pidió a las autoridades que les cambien a los compañeros de equipo o, en su defecto, ser trasladado a otra celda, pero su solicitud fue rechazada.
Ya de regreso a su celda, Jonathan encontró a David Bobb observando un programa de televisión, el cual era dedicado a niños. Esta práctica lo hacía durante todo el día y todos los días.
Esto le causó repulsión. Tomó un bastón y acabó con la vida de ambos. Su caso causó un gran repercusión en Estados Unidos, por lo que los medios de comunicación replicaron el hecho.
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"(No podía dormir) Sin haber hecho lo que todos los instintos me decían que debía hacer en ese momento. (…) Estoy en una única posición donde tengo acceso a este tipo de personas y casi nada que perder. Estos hombres son la peor pesadilla de cualquier padre", refiere su carta.
"Estas familias pasan años planeando de manera cuidadosa y articulada cómo darles a sus hijos todas las oportunidades que nunca tuvieron, y aparece un monstruo que cambia la trayectoria de ese niño para siempre", concluyó.