¿Tienes rosácea? Así puedes usar rubor sin empeorar la rojez, según expertos

¿Se puede usar rubor con rosácea? Claro que sí, pero con estrategia. La rosácea es una condición cutánea que provoca enrojecimiento, ardor y sensibilidad extrema, lo que suele hacer que muchas personas eviten productos como el rubor por miedo a empeorar su apariencia o generar brotes.

Sin embargo, especialistas como la dermatóloga Dra. Marisa Garshick, citada por Byrdie y Healthline, aseguran que sí es posible usar rubor si se eligen bien los productos y se aplican de forma cuidadosa. “No se trata de evitar el maquillaje, sino de encontrar fórmulas que respeten tu piel y la hagan sentir cómoda”, indica. A continuación, te contamos cómo lograrlo sin dañar tu piel sensible.

Uno de los errores más comunes es usar cualquier rubor sin revisar su fórmula. Si tienes rosácea, apuesta por productos hipoalergénicos, sin fragancias y con ingredientes como la calamina, el óxido de zinc o la niacinamida. Según Healthline, estos compuestos no solo ayudan a calmar la piel, sino que también reducen la inflamación.

Además, evita el alcohol, el mentol y los aceites esenciales cítricos, que suelen estar presentes en rubores líquidos o en cremas muy perfumadas. Opta mejor por fórmulas minerales o en gel con cobertura ligera.

Los dermatólogos recomiendan los rubores en crema o en gel para pieles con rosácea, ya que se adhieren mejor y no generan fricción, como sí puede ocurrir con los de polvo compacto. Además, son más fáciles de difuminar con los dedos, evitando el uso de brochas, que pueden irritar la piel si no están perfectamente limpias.

Si prefieres usar brochas, asegúrate de que sean de cerdas ultrasuaves y sintéticas. Byrdie sugiere limpiarlas cada semana para evitar la acumulación de bacterias que puedan causar brotes.

Este es un punto clave. No uses tonos que se asemejen al enrojecimiento natural de la rosácea, como los rojos intensos o los fucsias. En su lugar, escoge colores suaves como los duraznos, los rosas empolvados o los nude, que ayudan a equilibrar la apariencia de tu rostro sin potenciar la rojez.

La maquilladora profesional Lisa Eldridge, citada por Allure, recomienda aplicar el rubor sobre una base que ya haya neutralizado el tono rojizo. Así, el color que elijas no se mezclará con la rosácea y se verá mucho más natural.

Cuando tienes rosácea, aplicar el rubor en los lugares equivocados puede hacer que luzcas más enrojecida de lo que realmente estás. La técnica correcta es colocar el producto en la parte alta de las mejillas, lejos de las zonas donde tiendes a tener más brotes.

Un truco útil es aplicar primero una base o corrector con subtono amarillo o verde para neutralizar la rojez, y luego dar un toque muy sutil de color con el rubor. Difumina con movimientos suaves y sin presionar la piel.

Para evitar que el maquillaje se mueva o que la piel se irrite con el paso de las horas, puedes usar un spray fijador hidratante que no contenga alcohol. Así, sellas el maquillaje y mantienes la piel calmada y protegida frente a los cambios de clima, que suelen ser un detonante para la rosácea.

Tener rosácea no significa renunciar al maquillaje, sino aprender a trabajar con tu piel. Con estos consejos avalados por especialistas, puedes lucir un rubor hermoso y natural sin poner en riesgo tu salud cutánea. La clave está en elegir productos suaves, aplicar con cariño y, sobre todo, escuchar lo que tu piel necesita.