Los accesorios de nuestra infancia son la nueva obsesión de los fashionistas

La industria de la moda está pasando por un intenso episodio nostálgico que está modificando la naturaleza de las tendencias que vemos. Y es que, desde hace varios meses, muchos de los looks característicos de 2000’s están dominando la forma en cómo nos vestimos, pintamos nuestro cabello e incluso decoramos nuestros cuerpos.

Es probable que ya hayas notado la llegada de la fiebre Y2K (year two thousand) a través de prendas como los tops tubulares, low rise jeans (muchas veces acompañados con un look de tanga descubierta) y las gorras de camionero. Todos estos elementos son los que las ‘It Girls’ del momento como Paris Hilton o Lindsay Lohan solían llevar en sus looks, sin embargo, la nueva tendencia que ya se instaló es una que la mayoría de nosotras también solía usar: los accesorios de colores.

Muchos expertos han apodado a los accesorios que solíamos usar y fabricar de más jóvenes como ‘la joyería del campamento de verano’. ¿El motivo? La vibrante combinación de colores, amuletos, y silueta libre nos dan un vibre juvenil, divertido y cool. Lo cierto es que este elemento se ha convertido en el ítem favorito de celebridades y fashionistas por igual, y su amplia presencia en redes sociales confirma que ya es la pieza clave de esta temporada.

Típicamente asociados con collares de mostacillas, anillos de plástico de colores, formas originales y pulseras tejidas, estos accesorios recuerdan lo que harías durante las vacaciones de verano escolares. Es un recordatorio de una época mucho más simple e inocente de nuestras vidas, que muchos quieren traer de vuelta especialmente en tiempos como los que vivimos.

Lo cierto es que la pandemia y el confinamiento ha hecho que más personas recurran a estilos más nostálgicos y excéntricos como medio de escape. Es por ello que accesorios y piezas de joyería como las ‘de campamento’ han vuelto a cobrar protagonismo en las tendencias de moda actuales. Estas también son una oda a los looks que veíamos a finales de los años 90’s y principios de los 2000’s, lo que encaja perfectamente con la fiebre Y2K que vemos ahora.

La mejor parte de esta tendencia es que además de conectarnos con afinidad actual con la nostalgia de la infancia, esta divertida joyería también es fácilmente accesible debido a su estética multicolor y materiales relativamente accesibles. Es por ello estos accesorios están teniendo tanta popularidad entre los Millennials, la Generación Z e incluso marcas de alta costura como Bottega Veneta y Versace. Sin duda, son una opción refrescante a las clásicas cadenas metálicas, pero también hemos visto a muchos combinar sus collares de mostacillas con dijes de oro para conseguir un look único. Y tú wapa, ¿te animas a llevar este trend?