Médico revela la razón por la cual no debería bañarse después de hacer ejercicio: puede afectarlo gravemente
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Después de una rutina intensa de ejercicio, lo más natural es correr a la ducha para refrescarse. Sin embargo, ese impulso podría estar poniendo en riesgo tu salud, según una advertencia médica que ha causado impacto en redes sociales.
El doctor José Manuel Felices, especialista en Radiodiagnóstico y Radiología, compartió recientemente en su cuenta oficial de Instagram una revelación que ha sorprendido a más de un deportista: ducharse justo después de entrenar puede alterar procesos esenciales del cuerpo, generando consecuencias que van desde la baja de presión hasta trastornos más serios como desmayos o parálisis facial periférica.
El error que muchos cometen tras entrenar
Durante el ejercicio, la temperatura corporal se eleva, los vasos sanguíneos se dilatan y el cuerpo activa mecanismos de enfriamiento, como el sudor. Pero ese proceso no se detiene al terminar de entrenar. Según explica el doctor Felices, el cuerpo necesita alrededor de 15 minutos para regularse de forma natural antes de que se interrumpa su equilibrio térmico.
Si te duchas inmediatamente especialmente con agua fría estás provocando un choque brusco en tu sistema circulatorio, que puede derivar en efectos adversos. Lo recomendable, señala el especialista, es esperar esos minutos clave, hidratarse, descansar y permitir que el sudor cumpla su función protectora.
¿Sabías que el sudor también te protege?
Aunque para muchos es algo molesto, el sudor es más valioso de lo que parece. Tiene un pH ligeramente ácido que actúa como barrera contra bacterias y otros agentes externos. El doctor Felices advierte que el uso inmediato de jabones alcalinos puede eliminar esa capa natural de defensa y dejar la piel más vulnerable.
“Es importante darle al cuerpo el tiempo que necesita para recuperarse solo. Saltarse ese paso puede ser más perjudicial de lo que imaginamos”, remarcó el especialista.
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¿Cuál es el mejor momento para ducharse tras hacer ejercicio?
Lo ideal, dice el doctor, es esperar al menos 15 minutos antes de entrar en la ducha. Durante ese tiempo, puedes aprovechar para tomar agua, estirarte suavemente o incluso socializar con otros si estás en el gimnasio. Si no puedes esperar, la recomendación es evitar el agua fría y optar por una ducha tibia o caliente para evitar que el cuerpo sufra un impacto térmico.
