Indignación en Junín: recrean asesinato de Paul Flores en desfile y desatan ola de críticas

Apenas ha pasado un mes desde la trágica muerte de Paul Flores, cantante de la orquesta Armonía 10, cuando un desfile realizado en el distrito de Acolla, en Junín, generó una ola de rechazo nacional. Lo que debía ser un acto simbólico terminó convirtiéndose en una representación dolorosa y cuestionada del atentado que le quitó la vida al artista.

El hecho ocurrió el pasado 17 de abril, durante una actividad organizada como parte de las celebraciones de Semana Santa. En medio del desfile, los asistentes presenciaron una recreación del ataque ocurrido en San Juan de Lurigancho el 16 de marzo, donde el joven músico fue abatido por dos disparos tras una presentación con la orquesta.

La escena incluyó un bus similar al de Armonía 10, un motociclista que simuló los disparos usando pirotecnia, y un grupo de personas que representaban médicos atendiendo a un herido. Todo esto narrado en vivo por el maestro de ceremonias con frases como: “Escenas de actualidad, damas y caballeros. Acaban de acribillar al 'Ruso'”, haciendo alusión directa a Paul Flores, conocido cariñosamente con ese apodo.

Las imágenes no tardaron en viralizarse, y con ellas, la indignación del público. Decenas de usuarios en redes sociales expresaron su repudio ante lo que calificaron como una “falta de respeto” hacia la familia del cantante y el luto de sus seguidores.

"¿Cómo pueden hacer una parodia de algo tan reciente?", "Eso aún le duele a su familia, ¿qué clase de sensibilidad es esa?", "El dolor ajeno no se representa como espectáculo", fueron solo algunos de los comentarios que inundaron las plataformas digitales.

El debate se intensificó cuando muchos se preguntaron si los organizadores contaban con el consentimiento de los familiares de Paul para llevar a cabo semejante escena, algo que hasta el momento no ha sido aclarado.

Hasta la fecha, ni la agrupación Armonía 10 ni los familiares del artista, incluyendo la esposa de uno de los músicos, Carolina Jaramillo, han emitido declaraciones públicas sobre lo sucedido. El silencio de la orquesta y de su círculo cercano ha sido interpretado como parte del duelo, pero también como una muestra del malestar que este tipo de acciones genera.

Aunque los organizadores argumentaron que la representación pretendía ser una crítica a la inseguridad ciudadana, el resultado fue todo lo contrario. En lugar de generar reflexión, el acto fue percibido como una banalización de la violencia real, una que cobró la vida de un joven artista que apenas comenzaba a brillar.

En un país golpeado por la criminalidad, muchos cuestionan si este tipo de dramatizaciones son la forma adecuada de generar conciencia o si, por el contrario, cruzan una línea peligrosa entre la memoria y el morbo.